España - No hay aval para los suelos ni mayores señales de vida por parte de International Leisure Development (ILD), el pool que promueve Gran Scala. Pero no dejan de salir a la luz nuevos datos sobre la supuesta operación en Los Monegros. Y siguen siendo muy poco halagüeños. Así, y según datos obtenidos por EL PERIÓDICO en los registros de Luxemburgo, la sociedad B. M. Parts, principal accionista de ILD, no sólo se enmascara tras un típico (y laberíntico) entramado empresarial, sino que su último balance declarado (correspondiente al ejercicio del 2005) muestra una clara situación de desequilibrio financiero que rozaría la insolvencia. En B. M. Parts sólo aparece un nombre propio: el de su administrador, Paul Stephan Allegrini. Éste ya ocupó una situación similar en la red societaria que pretendió montar un casino virtual por Internet, Goldenpot, y acabó en fiasco total.
EL PAPEL DE ´LOS CORSOS´ Allegrini es actualmente uno de los hombres de confianza del comisionista y lobista internacional André Guelfi Dedé La Sardine, cuyo avión privado pilotó en otros tiempos. El dúo Guelfi-Allegrini (a quienes algunos llaman Los Corsos) planea desde el primer momento sobre la operación Gran Scala, que podría estar perfectamente teledirigida por el viejo corsario y su joven discípulo desde las sociedades B. M. Parts (Luxemburgo) y Darlen LTD (Chipre). Estas dos firmas, cuya operatividad real es un misterio, sumaban originalmente el cincuenta y uno por ciento de las acciones de ILD. Se ha dicho que en enero el pool habría realizado una ampliación de capital, incluyendo a la división europea de la multinacional del juego Aristocrat y modificando los porcentajes de participación iniciales. Pero no hay ninguna constancia documental de que haya sido así.
Paul Stephan Allegrini ocupa actualmente una de las direcciones de ILD y actúa como el cerebro de la operación, secundado por su amigo personal y colaborador Christian Colus (el ex-director general de Goldenpot) y por los españoles Josep Carreras y Jaume Riera. Su empresa, B. M. Parts, es lo que el peculiar sistema luxemburgués llama una soparfi; es decir, una sociedad instrumental destinada a prestar servicios de intermediación y asesoría, así como a tomar participaciones en otras firmas. Fue creada en el 2001 con el consabido capital de 31.000 euros. Pero en abril del 2004 Allegrini se hizo con el control. Los hasta entonces consejeros y administradores (otras tantas figuras societarias denominadas Fidugrup Holding, Fidugrup Gibraltar y Caisse Louxembourgeoise d´Investissement) abandonaron. A partir de ese momento, la cosa se puso todavía más interesante.
B. M. Parts empieza y acaba en Allegrini. Cualquier otra pista se pierde en una maraña de empresas interconectadas. Por ejemplo, su administración y control ha sido ejercida primero por Kirehberg Buro y desde hace poco por Partners Services... Sin embargo, estas dos razones poseen el mismo domicilio en la calle Merl deLuxemburgo, que es a su vez la sede de B. M. Parts. Otra sociedad hermana, Parts Invest, también forma parte de la red.
BALANCE DUDOSO ¿Qué y quién más hay detrás de B. M. Parts? ¿Cuáles son los activos reales de una sociedad que tomó el 28% de las acciones de ILD y suele aparecer como el motor principal de Gran Scala? Es casi imposible hacerse una idea. No obstante existe una declaración formal de resultados (al parecer la única efectuada en todo este tiempo) fechada en diciembre del 2006 y correspondiente al ejercicio 2005. En ella se declaran unas pérdidas de 24.640 euros, pero se presenta un balance que en realidad estaría muy cerca de la insolvencia. B. M. Parts asegura disponer de más de ochocientos mil euros de inmobilizados financieros y más de un millón doscientos mil correspondientes a créditos por cobrar. Al tiempo confiesa deudas por un total de 2.214.055 euros. Una situación apurada, diría cualquier contable.
Para Allegrini esta situación no debe suponer mayor agobio. Desde otra soparfi luxemburguesa, 5 C Systems (participada a su vez por B. M. Parts), ya manejó desde Barcelona el casino virtual Goldenpot, cuyas numerosas deudas con la Seguridad Social, la Agencia Tributaria y sus propios trabajadores siguen creciendo sin que nadie se haga cargo de nada.
A la vista de semejante panorama, parece muy dudoso que ILD pueda avalar veinte millones para la adquisición de terrenos en La Almolda. En el propio entorno del Pignatelli nadie da un euro por los otrora geniales promotores de la neociudad del juego y del ocio. Tal es así que ayer, jornada madrileña del presidente Iglesias, periodistas de la capital (Arturo Cenzano en Cinco Días) creyeron entender que el Gobierno aragonés pretendía meter la idea en el congelador. Por supuesto no es exactamente así. Iglesias, Biel y Aliaga todavía confían en un milagro.
Fuente: elperiodicodearagon
martes, 29 de abril de 2008
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