España - Santander - El juego constituye un importante sector económico y social que evoluciona vertiginosamente a nivel regional. Los juegos de azar siempre han provocado gran atracción a los seres humanos desde tiempos remotos.
Desde los primeros dados de los sumerios hasta las impresionantes máquinas tragaperras de hoy en día, hay miles de años de evolución pero un mismo sentimiento: las ganas de obtener dinero y de superar a la máquina.
Con la crisis, muchas empresas vieron sus ganancias caer a pique. Y si bien los casinos no son la excepción, no es menos cierto que también perciben muchos ingresos de quienes ven en el juego la salida a la situación, y se vuelcan cada vez más en apostar en la ruleta, póquer, black -jack y otros. Así, el informe anual del juego en España 2008, realizado por el Ministerio del Interior, pone de manifiesto que los españoles se gastaron ese mismo año 32.309 millones de euros en juegos de azar.
Además de los efectos de la crisis, los casinos físicos se están viendo afectados por el crecimiento y éxito de los casinos online. Ante esto, se ven en la necesidad de competir con alguna de las ventajas que tienen los últimos. En este sentido, el juego ha pasado a ser sólo una parte del ocio en lo casinos, incorporando servicios como restaurantes, hoteles, espectáculos, tiendas de ropa y galerías de arte. Una iniciativa que al mismo tiempo permite al casino aumentar su público. Pilar Alonso, directora de Marketing y Comunicación del Gran Casino de Santander, afirma que muchas de las personas que acuden a la actividad cultural organizada, aprovechan la ocasión para pasarse por la sala de juegos y así poder ver cómo funciona, con la consecuente pérdida de miedo que a primera vista supone el casino.
Otro de los aspectos importantes en este negocio es la innovación en instalaciones, máquinas de última tecnología, nuevos juegos, entre otros. El director del Gran Casino de Santander, Jaime Udías comenta que de entre todos los cambios que se han realizado a lo largo de los años, «las nuevas máquinas multijuegos, desde un céntimo, suponen una de las mayores innovaciones, pues permiten ampliar el mercado para todo tipo de clientes y desterrar la idea de que los centros de juego son caros y sólo para personas de gran poder adquisitivo. Al casino ya se puede ir a escuchar música, ver un partido, tomar una bebida o jugar una partida desde un céntimo».
Pese al auge de los casinos online, son muchas las ventajas que los tradicionales ofrecen con respecto a éstos y que hacen que la gente que está acostumbrada a acudir al casino no deje de hacerlo. Un ambiente agradable, servicios extra (música en directo, barra libre), interactuar de forma directa con la gente, además de los juegos más importantes y populares que se encuentran en Internet. Asimismo, la mayor diferencia se encuentra en el trato con el crupier, que puede hacer pasar al jugador un rato muy divertido o todo lo contrario, dependiendo de la experiencia profesional del primero.
A todo esto, añade el director del Gran Casino, que en Internet «la suerte no influye, es un hecho matemático y de cálculo de posibilidades.
Las partidas en vivo añaden otras situaciones, hay que controlar las emociones e interpretar las del contrario, además, éstas tienen una dificultad añadida que hacen que un excelente jugador de Internet, a veces sea sólo un buen jugador de mesa». En definitiva, hay un gran divertimento y excitación cuando se juega en un verdadero casino, «la gente termina agotada», afirma Pilar Alonso.
Perfil del jugador
Los casinos a través del tiempo y de las épocas han adquirido una gran variedad de jugadores y de personas. Hoy en día, no se puede hablar de un perfil único de jugador. Sí es cierto que ha habido un aumento de personas jóvenes, de hecho, en el Gran Casino de Santander, la media de gente que acude es de 20 a 35 años. En cuanto a su nivel adquisitivo, a pesar de no ser muy alto, son personas que realizan apuestas pequeñas pero durante más tiempo, explica la directora de Marketing y Comunicación.
Respecto a la cantidad de dinero que se gasta, también varía de unos jugadores a otros, hay clientes que van con poco dinero, y otros que llevan cantidades más importantes. También se puede hablar de diferencias respecto al sexo de la persona. Un estudio llevado a cabo por los profesores de Marketing de la Escuela de Negocios Stern, Raghuram Iyengar, Jehoshua Eliashberg y Sam K. Hui, refleja que las mujeres destinan un montante mayor de su renta a las máquinas que a los juegos de mesa como el black-jack, y que los hombres son más habilidosos en estos últimos.
Debido a la variedad de público que cada día registra un casino, estos lugares tienen que estar al día a la hora de ofrecer juegos que respondan a sus preferencias. En este sentido, los más demandados son los clásicos la ruleta americana, black-jack, póquer sin descarte y la sala de máquinas. Y ahora, añade Jaime Udías, se ha incorporado el póquer texas hold'em, que se ha convertido en un fenómeno social, sobre todo entre los jóvenes que acuden a los casinos online para aprender a jugarlo.
El crupier
El crupier es la figura más importante de un casino. La rapidez, la agilidad para el desarrollo del juego, así como el saber leer e interpretar cada partida, aptitudes que se consiguen con la experiencia, son la clave para realizar un buen trabajo, según comenta Pablo Cobo, crupier del casino de Santander. Además, es necesario la superación de un curso para poder ejercer esta profesión. Así, algunos de los temas que se tratan en este tipo de formación son los aspectos técnicos del juego, la normativa y el manejo de fichas, entre otros.
Por último, para garantizar la mayor legalidad y transparencia en el juego, los crupiers se tienen que ajustar estrictamente a las normas del Catálogo de juegos, además existen personas y cámaras que se encargan de controlar las mesas.
Legalidad
La gestión del juego en España exige autorización administrativa previa de los órganos competentes en cada caso. Toda persona interesada en participar en la actividad de apuestas, casinos o juegos de azar deberá solicitar una licencia de operación. El otorgamiento de la concesión requiere previa convocatoria de concurso público, en el que se valorará mediante criterios tasados, entre otros, el interés turístico del proyecto, la solvencia técnica y financiera de los promotores y el programa de inversiones.
Diario Montañés - Marta G. de Rozas
lunes, 1 de marzo de 2010
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