sábado, 20 de marzo de 2010

Creen que su cierre esconde intereses urbanísticos

España - Alicante - Ni un día están dispuestos a perder los trabajadores de Casinos del Mediterráneo en La Vila Joiosa a la hora de defender sus legítimos intereses, tras la confirmación del cierre de las instalaciones y la presentación de un expendiente de extinción de empleo por parte de la mercantil propietaria.
Convocados de urgencia por el comité de empresa, se concentraron ayer por la tarde -jornada festiva-, delante de las instalaciones que la compañía del juego tiene en el Puerto de Alicante, para denunciar lo que califican como un «plan de liquidación» tras el que se esconden «intereses urbanísticos».
Alrededor de 80 trabajadores, del total de 121 incluidos en el expediente, una alta proporción dada la falta de tiempo para poder contactar con todo el personal, se desplazaron hasta la capital en coches particulares y en el TRAM, para improvisar una asamblea informativa que sirvió para reivindicarse de una forma pacífica y sin incidentes, a la vez que para reafirmar su espíritu de lucha de cara al proceso.
El comité de empresa se pregunta en un comunicado que entregó a los medios: «¿si habrá otros intereses que no conocemos?», que expliquen el plan estratégico anticrisis puesto en marcha ahora por el grupo empresarial propiedad de Jesús del Álamo. Incluso, va más allá, al insinuar la conexión de la operación con la modificación del PGOU en La Vila. Así se preguntan si «¿no es curioso que al día siguiente de modificarse el Plan General se produzca el cierre del casino?». Y es que indicen en que el suelo sobre el que se levanta la instalación se beneficiaría con los cambios que afectan a los usos turísticos del suelo urbano del municipio.
Precisamente, al alcalde Jaime Lloret le van a solicitar que se implique activamente en defensa de los trabajadores. Destacan que «flaco favor le hace al ayuntamiento que él preside, si deja escapar alegramente unas de las pocas empresas que le sirven de sostén económico».
Y es que son muy notables los ingresos municipales con los impuestos correspondientes.
En cuanto a los datos ofrecidos por la mercantil, que alega la imposibilidad de mantener abierto el casino -ya que las pérdidas superaron los 14 millones de euros en 2009, mientras los costes salariales anuales ascienden a casi 7 millones-, los representantes de la plantilla señalan a la empresa como la única culpable de dicho resultado, más allá de que asumen que el negocio ha caído mucho por la crisis.
Y es que se interrogan abiertamente cómo si se veía venir la recesión, «¿se puede abrir un nuevo centro -capital alicantina- en el cual se han dilapidado los beneficios del Casino de La Vila con una alegría propia de un principiante?». Incluso, añaden que «si todos prevenimos que esa apertura supondría una merma para La Vila, ¿por qué no se estructuró en su momento la plantilla como pidió el comité?». Y es que la propuesta de los trabajadores planteaba entonces «traslados de personal».
Además, se lamentan: «¡cómo no se va a perder dinero, si las mesas de juego que producen dinero, las habéis cerrado y lo habéis desviado todo hacia Alicante».
El comité de empresa sostiene que es «mentira» el argumento dado para justificar el cese de actividad de la sala vilera y los despidos, ya que así se podían salvar los 208 puestos de trabajo restantes en los locales de Alicante y Torrevieja. Por ello, hace hincapié en que «es una falacia urdida por otros motivos que no son otros que destruir algo que la propiedad tenía como una espina clavada», en concreto «el convenio de empresa».
El representante de UGT en el comité, Jesús Navarro, revela, en relación a las condiciones laborales, que mientras el personal en La Vila «tenemos un salario medianamente digno y unas condiciones de trabajo reguladas, los compañeros de Alicante y Torrevieja no son ni mileuristas».
En cambio, tal como insisten en denunciar los trabajadores «si las perdidas son tan cuantiosas, ¿cómo se incrementan los costes salariales con la subida de retribuciones de algunas personas?»
Y es que las diferencias han quedado claramente plasmadas en el propio expediente de extinción, ya que el equipo de dirección, conformado por ocho personas si que siguen y han sido trasladados hasta la sede en Alicante.
El comunicado del comité de empresa concluye que «los trabajadores nos sentimos engañados, pero eso no va a servir para que demos por perdida la batalla en la que nos habéis metido, lucharemos por lo que consideramos es un abuso de derecho». El primer objetivo es subir las «malas condiciones ofrecidas» de 20 días por año trabajado.
Autor: Zenón Guillén Fuente: La Verdad

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