sábado, 28 de noviembre de 2009

Una ciudad de 16 pisos para 6.300 pasajeros

USA - Miami - A bordo del Oasis of the Seas, el pasajero puede elegir entre tomar el sol en la cubierta 16, divisando el skyline de Miami en el horizonte, o jugar un partido de baloncesto o minigolf.
También se puede debatir entre dejarse unos dólares en la ruleta del Casino Royale o practicar la escalada en una pared de 13 metros. Otra elección difícil: disfrutar de un jacuzzi voladizo que sobresale de la estructura del barco y deja al usuario suspendido sobre el océano o acudir a un espectáculo de patinaje sobre hielo que versiona cuentos de Andersen. Todo está disponible en el crucero más grande del mundo, con el que Royal Caribbean acaba de inaugurar una nueva era en el turismo del sector.
Mil millones de euros de inversión en un barco que aloja a 6.300 pasajeros y se mueve a 24 nudos por el Caribe. Un hotel de lujo flotante, un portento arquitectónico y naval? Se dice de todo de una obra de ingeniería que esta semana ha sido inaugurada y el 5 de diciembre realizará su primer viaje comercial. Hay dos cosas que llaman la atención del Oasis: sus medidas (tres campos y medio de fútbol de largo) y la nula sensación de movimiento o de falta de estabilidad. Uno olvida que va en un barco salvo que se asome por la borda.
Las grandes dimensiones del Oasis potencian los atractivos del turismo de cruceros tradicional al permitir, además de lo citado anteriormente, irse de compras a bordo o disfrutar de una amplia oferta de espectáculos que no permiten otros barcos. Se trata de un producto muy enfocado al público americano (decoración incluida), y que despliega un amplísimo abanico de opciones de consumo.
Y es que el Caribe no ofrece las atractivas excursiones del Mediterráneo, por lo que el interés está en el barco, lo que puede encandilar a los entusiastas de este producto o desagradar a los desafectos de este formato vacacional. Es una máquina de hacer dinero en alta mar y prueba de ello es que sólo con los ingresos del casino la compañía prevé cubrir buena parte de los gastos de los cruceros inaugurales que está realizando para promocionar la embarcación.
El Oasis of the Seas es, realmente, un formato vacacional que no deja espacio para el aburrimiento. A pesar de lo cual no es un producto excesivamente caro. Si se viaja en camarote interior y temporada baja, la semana puede costar desde 700 euros aproximadamente. A partir de esta cantidad, hay que sumar avión, propinas y el consumo y los gastos a bordo, que el precio no incluye, y que es donde las navieras tienen una fuente suculenta de ingresos. En el caso del Oasis of the Seas, se calcula que la compañía tardará entre siete y diez años en amortizar la inversión realizada.
Cinco Días - Borja Guerrero

No hay comentarios.: