USA - Pensilvania - Después de la captura de tres supuestos delincuentes que comprometieron el programa de una máquina tragamonedas en el casino del Hipódromo de Meadows en Pittsburgh, estado de Filadelfia, a principios de octubre pasado, se manifestó la reacción al crimen, tanto de la gente común y corriente, como de las autoridades.
Los tres han sido acusados de robo y fraude, y los operadores solamente dicen lo de siempre.
En efecto, cuando sucede un crimen en un casino, la pérdida para el casino es más intangible que los dólares, pesos o euros robados. Con respecto a lo sucedido en el casino del Meadows, es comprensible conocer la capacidad de información que tiene el público para que los operadores entiendan que un casino ya no es un centro de juegos y entretenimiento que encandila a la gente con tecnología y procedimientos exclusivos, porque con el correr de los años y el desarrollo de las comunicaciones, el público entiende mucho mas de los que el operador sospecha.
Según el reporte del fiscal del Distrito del Condado de Washington en Filadelfia, Steven Toprani, los tres acusados causaron la alteración del programa de pagos de una máquina en el Meadows Racetrack Casino, propiedad de la empresa Cannery Casino Resorts, para que realice pagos ilegales por US $420.000, entre los meses de junio y agosto pasado.
Tropani dijo: “Los sujetos se las ingeniaron para que el personal del casino cambie un aspecto del software de la máquina, que consiste en habilitar una opción en la pantalla de esta. En todo el proceso los acusados han demostrado tener conocimiento de un aspecto problemático de la máquina, el cual explotaron al máximo, porque una vez que la máquina estuvo comprometida por el accionar ilegal, simplemente la hicieron pagar a su antojo”.
Entre los tres sospechosos se encuentra el ex policía, Kerry Laverde, quien conjuntamente con Andre Nestor y Patrick Loushill se encuentran recluidos en el centro de detención del Condado de Washington. Tropani dijo que Nestor es el cabecilla, y el que convenció a un técnico de máquinas del casino, de quien se dice que no era parte del grupo, para que cambie el sistema de pagos de la máquina en el salón VIP del casino y lo haga pagar el ‘doble, como lo hacen en Las Vegas’.
Tropani añadió: “Una vez que lo lograron, los tres pudieron, esencialmente, incrementar el pago de Jackpot de US $1.000 que ganaban, haciéndolos pagar cinco veces su valor, o sea US $5.000, y esto lo repitieron en 61 oportunidades”. Después de los primeros pagos, los acusados jugaron con este dinero y en 14 oportunidades cobraron US $240.000.
Según las autoridades, los sujetos fueron descubiertos cuando el sistema de circuito cerrado de TV mostró a uno de los ganadores en la máquina comprometida cambiar su lugar con uno de sus compinches para no levantar sospechas por los pagos frecuentes que recibía de la máquina.
Ante reportes del casino que indican su disposición a “absorber las pérdidas”, para que no afecten al contribuyente, la reacción de una persona sobre el accionar de los operadores refleja la naturaleza del sentir del público ante los errores operativos y marca también el deterioro en la confianza hacia el sector del juego. El comentario en línea al reporte en el diario norteamericano, firmado por alguien con el seudónimo “funny girl” dice:
“¿Cuál es el crimen que se ha cometido? Si usted sabe que la máquina siempre paga, ¿la jugaría o informaría a la administración? El casino está en falta por no revisar su máquina, es su negligencia, su pérdida. Al mismo tiempo, ¿por qué tendría el contribuyente que sentir la pérdida? Que el casino diga que no le afectaría no merece comentario porque han perdido por su propia estupidez. Este es un casino y debería estar al tanto de este tipo de cosas. ¿Por qué deben tener una máquina que puede ser comprometida por alguien? ¿Por qué alguien iría ahora a un casino con la idea de que simplemente participa es un juego de azar? Porque si la máquina puede ser manipulada y comprometida para (hacerte) ganar, ciertamente, también puede ser comprometida para (hacerte) perder”.
La Funny Girl (Chica Graciosa) tiene razón en todo lo que dice, y como siempre, nosotros repetimos el mantra de seguridad que muchas veces se olvida, tanto por el avasallamiento de la tecnología como por el rápido desarrollo de la industria de casinos, donde se sigue demostrando que la capacitación del personal operativo no es lo suficientemente adecuada para prevenir robos como el del Meadows.
En la seguridad de casinos, la tecnología es el respaldo para verificar que el trabajo que se desarrolla con efectividad, contribuye para producir resultados que enaltezcan los beneficios netos. La seguridad en el casino es primeramente una función humana. En el Meadows, ha fallado la capacitación del personal de piso, vigilancia interna, auditoria operativa, y sobre todo, la administración operativa. La pérdida va más allá de los US $240 mil. La pérdida afecta sobre todo, la percepción del público.
Casino Compendium
jueves, 19 de noviembre de 2009
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