Rep. de Trinidad y Tobago - Puerto España - El Caribbean Princess y el Carnival Victory fueron apostados para la Cumbre de las Américas, que desbordó la capacidad para recibir delegaciones, periodistas y técnicos.
La V Cumbre de las Américas que comienza hoy se ha convertido en una operación logística sin precedentes en Trinidad y Tobago para sus organizadores que trabajan desde hace varios meses intentando que no se escape detalle alguno para recibir a los presidentes del continente americano y la comitiva que los acompañan.
El Gobierno de la pequeña nación antillana ha puesto todo su empeño para hacer una buena Cumbre, pero su magnitud, con 34 países participantes y miles de personas venidas del exterior entre delegaciones nacionales, periodistas, técnicos y personal de servicios han desbordado la capacidad de este país de 5130 kilómetros cuadrados y 1,3 millones de habitantes.
Para suplir la insuficiente capacidad hotelera, la organización contrató dos cruceros que están anclados en Puerto España, la capital, una ciudad de escasos 51.000 habitantes.
El Caribbean Princess aloja a miembros de las delegaciones nacionales, y sirve de sede para reuniones paralelas a la Cumbre, mientras que el Carnival Victory alberga a la prensa internacional y miembros de los equipos de seguridad.
Cada crucero tiene capacidad para 3500 pasajeros y 1000 tripulantes y a ellos sólo se puede acceder después de pasar dos rigurosos controles de seguridad en el puerto, con escáneres incluidos, y un tercero en el propio navío, lo que hace que cualquier desplazamiento personal se frene siempre en prolongadas filas.
Allí, delegados y periodistas pueden disfrutar de casino, spa o discoteca, amén de comer gratis, incluso en mitad de la noche, si es que los trabajos de la reunión lo permiten, claro.
Bailando calipso. Antes de sumergirse en la pura y dura temática política, muchos de los delegados de varios países se entregaron a los calientes ritmos del Caribe.
A bordo del "Caribbean Princess" y al ritmo del calipso, el soca o el rapso, los delegados se dejaron contagiar por los sensuales movimientos de los artistas en sus coloridos trajes carnavalescos.
Sin soltar su copa, uno de ellos incluso se atrevió a imitar a una de las artistas, pegándose a sus caderas mientras sus cuerpos se mecían al son de la música. "¡Salgan y muevan sus cinturas, que la cumbre invita al jamming (improvisación)", animaba hoy un diario local a los delegados de los 34 países de América y el Caribe que asisten al cónclave.
De hecho, el pequeño país caribeño, que fue colonia española y británica, aprovecha la cumbre para dar a conocer también su cultura, producto de una mezcla de razas -predominan negros e indios-que dio lugar a una rica expresión artística, sobre todo en lo musical.
Trinidad y Tobago, muy famosa también por su colorido carnaval, es considerada la cuna del calipso y del "steel pan", un tambor de metal elaborado a partir de los barriles de petróleo, el cual es además el único instrumento musical no electrónico inventado en el siglo XX.
Seguridad contratada.
Como las Fuerzas Armadas trinitenses están formadas por menos de 20.000 soldados repartidos entre las islas de Trinidad, donde está la capital, y de Tobago, el Gobierno tuvo que recurrir también a militares de otros países caribeños para garantizar la seguridad de la Cumbre, una medida que habría levantado reclamos nacionalistas en muchas otra naciones.
"Somos 68 militares de Guayana, pero también hay contingentes de Surinam, las Bahamas, Barbados, Dominica y otros países de la zona", dijo a Efe un oficial guayanés con traje de combate y apostado, fusil en mano, frente a los cruceros con un colega trinitense.
Según el militar, que no quiso revelar su nombre, su tarea se ha reducido a ver entrar y salir gente de los cruceros, mientras que dos pequeñas lanchas guardacostas trinitenses, con un puñado de buzos cada una, aparecen esporádicamente en las aguas del puerto, del que soltaron amarras en los últimos días todos los buques mercantes.
Para los "trinis", como se conoce a los trinitenses, la cumbre trajo muchos inconvenientes por el cierre hermético del centro de la capital, y por ello, los que pueden huyen de la ciudad, donde de hecho algunos comercios permanecieron cerrados.
El destino de la mayoría son las playas de la isla, cuyos hoteles registran este fin de semana un inusitado aluvión de visitantes. "Estamos completamente saturados y hemos tenido que denegar muchas reservas", manifestó Michael Browne, dueño de un hotel de la zona.
Fuente: lanación
domingo, 19 de abril de 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario