Arana se hace pasar por «ingenuo» para diluir sus responsabilidades

Uruguay - Mariano Arana, su Secretaria General María Julia Muñoz, sus suplentes a la jefatura municipal, Alberto Roselli y Adolfo Pérez Piera, dicen no saber nada de la operativa que su director de Casinos, Juan Carlos Bengoa, había montado para hacer negocios a costa de los slots que en su administración pasaron de manos municipales, a la propiedad de empresas integradas por familiares, amigos o testaferros del hoy director procesado con prisión, quien en representación de Asamblea Uruguay, grupo liderado por Danilo Astori, ocupó un lugar preferente en el gabinete municipal.
Los dos expedientes judiciales que hay se formaron como consecuencia de dos denuncias concretas: una, la que terminó con Bengoa preso, indagó sobre el manejo de los slots y el enriquecimiento logrado a partir de formar empresas con testaferros para que este funcionario municipal de nivel político, se beneficiase en perjuicio de la Administración. La otra denuncia se vinculó con el contrabando de los slots que también pasó a gestionarse, independiente de la sede penal, en el Juzgado de Aduana.
Todo lo que se denunció se probó: hubo malversación de fondos, coparticipación dolosa de Bengoa como funcionario, como jerarca que “armó” un esquema de beneficios económicos para empresas prestadoras de servicios de slots, y también se empezó a transitar a dos años de la denuncia original, nueva evidencia que agrava el contexto de otros funcionarios que también van a tener que rendir cuenta ante la Justicia. Y no hablemos con ambages, asumamos decir lo que sabemos porque ahora ya no cuentan los votos con que se avasallaron nuestras verdades durante años en la Junta Departamental; ahora Arana tendrá que probar que no sabía nada o –como sugirió un Tribunal Penal que entendió en esta causa- dejará en claro que es un incapaz al que el pueblo no puede permitirle ocupar una banca de Senador.
Y también Adolfo Pérez Piera, su suplente, deberá explicar cómo es posible mantener una concesión más allá de las anuencias que le dio el Legislativo departamental, y probar, sin esquivar el bulto, porqué dio a Carmitel SA, la fracasada concesionaria del hotel Carrasco, 144 slots en forma directa con un beneficio de ganancia sin precedentes y con el solo fin de evitar un juicio contra la Intendencia. Carmitel SA dejó el hotel Carrasco en ruinas, hizo fracasar un mega proyecto municipal, puso en tela de juicio el procedimiento de asociación de lo público con lo privado, se llevó dinero de los Casinos y además le dejaron los slots como regalo: ¿eso cómo se llama? Vayamos a un ejemplo de las responsabilidades que se deben asumir: Arana sabía hasta de las donaciones truchas de los empresarios de slots para reparar el techo del parque hotel: nosotros presentamos la versión taquigráfica de la Junta Departamental que daba cuenta de eso.
Bengoa no mintió. Lo explicó en la Junta, se lo dijo a Arana y María Julia fue su testigo.
Roselli ofició como su testaferro y Pérez Pipera como su abogado defensor, claro que después cada uno se largó con la suya y en ese camino Pérez Piera se dedicó a Carmitel SA, Roselli a mandarle cartas a los empresarios para recordaran quién tenía el poder de agradecer estas gestiones, y Arana, sin quererlo, se instaló en el Senado de la República.
El escenario judicial
En el careo con Juan Carlos Bengoa, Mariano Arana admitió que seguía con preocupación la situación de los casinos de la IMM porque daban pérdidas desde 2000, pero negó haber tenido información de cómo se desarrollaba el negocio.
«No es que me interesara, me preocupaba porque a partir del 2000 el hecho que los casinos, que lógicamente deberían rendir a la Intendencia y a los ciudadanos de Montevideo, comenzaban a tener una ecuación negativa, y así se consideró incluso en el gabinete de los miércoles con los directores generales y eventualmente con el director de división», respondió Arana ante la Justicia, cuando fue interrogado sobre si existía preocupación por la administración de las salas de juego municipales. Lo que no dijo el ex intendente fue la cantidad de veces que negó las pérdidas de los casinos en la Junta, todo lo cual consta en las versiones taquigráficas de las que la jueza tiene copia desde hace dos años.
Sin embargo, en la extensa audiencia judicial desarrollada ante la jueza penal Fanny Canessa y el fiscal Diego Pérez durante cerca de siete horas, el ex intendente no precisó el monto del déficit, aunque señaló que la actual administración «no avala» la pérdida estimada a nivel judicial de unos US$ 15.000.000.
Si bien Arana reconoció la preocupación de la administración de la época, aclaró: «En todo lo que tiene que ver con el manejo de porcentajes, de contrataciones, de aceptación de mecanismos vinculados al juego, me siento absolutamente ignorante; nada de esto en absoluto pasaba por las decisiones del intendente».
No obstante, Bengoa intentó que Arana «hiciera memoria», y señaló la existencia de diversas reuniones con empresarios, hecho que fue negado «rotundamente» por el ex jefe comunal, según consta en el acta de la audiencia.
Dos días antes, durante el careo con la ex secretaria general de la IMM y actual ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz, Bengoa dijo que aún cuando él se pronunció en contra,
Arana y Muñoz contrataron dos máquinas Sigma Japón a un 50% del rendimiento. Sin embargo, el ex intendente declaró ayer que no tuvo «ninguna participación» en ese acuerdo.
En el careo con Muñoz, a diferencia de lo que señaló Bengoa, la actual ministra aseguró que las resoluciones tomadas en torno a los casinos no eran analizadas en las reuniones semanales.
Arana, por su parte, argumentó algo similar. Aseguró que «no era frecuente » que desarrollara un “debate” sobre los diferentes temas, salvo que se formulara alguna sugerencia de parte de alguno de los directores.
Arana también negó responsabilidad en la decisión que aumentó el canon de ganancia de los empresarios propietarios de los slots del Hotel Oceanía, para que la empresa Carmitel -que era concesionaria del Hotel Carrasco- no presentara un recurso administrativo contra la decisión de abrir un anexo al Oceanía, según había asegurado meses antes Rosselli en el juzgado.
Para Bengoa, por orden de Arana él concurrió a negociar con las autoridades del Hotel Oceanía junto con el secretario del intendente, Mario Areán.
Ante esto Arana respondió: «… no recuerdo haber dado orden ninguna a ningún secretario para que fuera a negociar».
La donación en el Parque Hotel
Otro aspecto central en la audiencia fue la versión que tienen Bengoa y Arana sobre las reformas que se realizaron en la sala del Parque Hotel, las cuales fueron financiadas en forma irregular por varios empresarios que eran contratados por la comuna.
Bengoa sostuvo que Arana conoció el proyecto presentado. Incluso, según relató, propuso realizar un ingreso especial para personas discapacitadas, a raíz de un planteo de una secretaria que se trasladaba en silla de ruedas.
Arana lo desmintió todo, dijo no conocer «en absoluto» el proyecto al que aludió Bengoa, aunque reconoció «haber escuchado que se estaba mejorando el local», lo que consideró «razonable» porque estaba en malas condiciones, afirmando -al igual que lo hizo Muñoz en el juzgado- que recién tomó conocimiento sobre las obras de refacción días antes de la reinauguración del casino.
En relación a las reformas de la sala de juego, las cuales costaron unos US$ 270.000, Arana dijo que se trató de una obra «insignificante» tomando en cuenta las tareas en base a acuerdos con privados que realizó la comuna durante su gestión, principalmente en lo relacionado a espacios públicos.
En un momento de la audiencia el abogado Alejandro Balbi, defensor de Bengoa, lo consultó sobre el mecanismo de documentación de las donaciones que las empresas privadas realizaban a la comuna, Arana admitió: «No lo sé. No tengo conocimiento. Parto de la base que el departamento y la división controlarían que no se hiciera un adefesio desde el punto de vista formal».
Al ser interrogado por el abogado Diego Camaño, representante de Rosselli –sobre quién envió la carta de agradecimiento a los empresarios que colaboraron con las obras a pedido de Orestes González, uno de los ex asesores de Bengoa- y si correspondía que la comuna realizara esos agradecimientos, Arana no mostró objeciones ante esa práctica.
«Si a juicio de los integrantes del departamento y división las obras eran aceptables y convenientes, no me parece particularmente reprochable que se pudiera hacer una referencia de la colaboración recibida si los resultados a juicio de los jerarcas eran los esperados», dijo.
Sin embargo, aseguró «no recordar» haber firmado una resolución que habilitara a enviar la nota de agradecimiento, tal como González se lo transmitió a Rosselli.
Cosa de “compañeros”
Arana negó la versión de Bengoa sobre que sus ex asesores en la división casinos, fueron contratados por iniciativa del senador José Mujica: «Nadie habló conmigo; no fueron sugeridos estos nombres por ningún ámbito político, el senador Mujica jamás habló sobre este punto conmigo.» El ex intendente afirmó que no tuvo «ninguna información» acerca de que el MPP haya realizado un seguimiento de los casinos, tal como lo dijo Bengoa.
Para la defensa de Bengoa se «aclararon muchos puntos que estaban en el aire». A juicio de Víctor Delavalle en el gabinete municipal se «sabía» de las remodelaciones que se realizaron en el Hotel Casino Carrasco, las cuales fueron financiadas con aportes realizados por empresarios privados.
Además, según Della Valle, se logró «aclarar» que en la resolución municipal que habilitó el arrendamiento de slots aumentando los porcentajes de ganancia para los privados, su cliente no tuvo responsabilidad. Sin embargo, no se pudo comprobar quién autorizó ese acuerdo, aunque el abogado de Bengoa dijo que «fue hecho por alguien de arriba».
La evidencia prueba las acusaciones que durante años se hicieron en la Junta Departamental.
Nunca más vigente aquél pensamiento del fiscal argentino Luis Moreno Ocampo que resumía a la corrupción en una ecuación: CORRUPCIÓN = DISCRECIONALIDAD + PODER – TRANSPARENCIA.
Fuente: uruguayinforme