España - Antonio Toro camina con aplomo sobre la moqueta del Casino Gran Madrid. Tiene unos 60 años. Lleva gafas ahumadas y viste un traje impecable. Controla todo lo que ocurre en las tres salas de juego del casino de Torrelodones. Se acerca despacio a una de las mesas donde cuatro individuos con cara de preocupación juegan a la ruleta americana. Antonio se levanta las gafas y calcula mentalmente las apuestas. "Los crupieres tienen que estar muy preparados", asegura con rotundidad como si estableciera un dogma. "Tienen que hacer cálculos con agilidad, tener un don con los clientes, destreza con las manos y ser muy equilibrados. No es fácil", insiste.
Sabe de lo que habla. Conoce el negocio desde hace 27 años. "Entonces sí que se ganaba dinero con esto. Eran tiempos en que la profesión estaba envuelta en una aureola de glamour", relata mientras esboza una leve sonrisa que parece desempolvar antiguas batallas. En Torrelodones trabajan 392 crupieres, más de la mitad de los cerca de 600 que hay en toda la región. No parecen ser suficientes.
El Ministerio de Trabajo ha publicado el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura, un listado que recoge 24 puestos de trabajo que permanecen vacantes en Madrid a pesar de la sangría laboral que ha provocado el frenazo económico (el paro alcanza ya a 345.333 trabajadores de la región). Entre las ofertas de empleos sin cubrir destacan las de médico, profesor de idiomas, óptico, esquilador o crupier. El Instituto Nacional de Empleo (Inem) no precisa, sin embargo, cuántas plazas hay disponibles en cada categoría.
Pero según el Casino Gran Madrid, uno de los dos que hay en la región junto con el de Aranjuez, no hacen falta más crupieres en Madrid. Las apuestas se han reducido lastradas por la crisis. "Tenemos una escuela de formación y si necesitáramos personal lo sacaríamos de allí", explica Antonio, que detalla la cantidad de horas que hacen falta para formar a un buen trabajador de sala. Los horarios son duros. Y la paga escasa. Cobran poco más de 1.200 euros al mes, propinas incluidas, por repartir cartas o controlar las ruletas hasta las cinco de la madrugada. Festivos incluidos. Por eso los nuevos son jóvenes que lo compaginan con los estudios. Pero no duran mucho. Si no faltan crupieres, tampoco se necesitan esquiladores. Al menos según Eusebio de la Fuente, de 61 años y vecino de Colmenar Viejo. Ha esquilado ovejas durante más de 40 años. "Pero a mano", precisa. "Ahora lo hacen a máquina en un periquete", relata. "Vienen rumanos y polacos. Cobran algo más de un euro por oveja", cuenta resignado. Él cobra seis. En Madrid apenas hay ovejas que esquilar, según De la Fuente. "Antes esquilábamos unas 60.000 durante el verano. Ahora sólo hay unas pocas de alguno que se ha comprado una finquita y quiere animales", explica con la nostalgia de haber vivido tiempos mejores.
Ni esquiladores, ni crupieres. Entonces, ¿por qué aparecen en la lista del ministerio? Maricruz Elvira, responsable de Empleo de CC OO, advierte de que muchas vacantes que aparecen son trabajos muy concretos con unas condiciones muy particulares. Pone de ejemplo la solicitud que hace un empresario de artes gráficas reclamando un trabajador que sepa utilizar una máquina que sólo tiene su empresa.
Elvira asegura que "todas las ofertas de empleo que se repiten o no son verdad o pasa algo raro". "Si se necesitaran de verdad ya se habrían cubierto. Y si no el sistema laboral tiene un problema".
El catálogo que publica el Inem se elabora trimestralmente. Y uno de sus objetivos es permitir a los empresarios contratar a trabajadores extranjeros para cubrir estas plazas. La última lista publicada reduce más de un 20% los puestos sin cubrir.
Los profesionales más demandados en esta clasificación son los médicos de medicina general. "Los profesionales españoles se van fuera. En Portugal o Reino Unido les pagan mucho más", explica una portavoz del colegio de médicos de Madrid. Un médico de primaria en Madrid cobra entorno a 47.000 euros.
"No estamos de acuerdo en que se recojan estas profesiones en el catálogo porque los médicos necesitan mucha experiencia y una formación específica", deslizan desde CC OO.
Por eso, Isabel Navarro, responsable de Empleo de UGT, explica que la Administración debería sacar más plazas universitarias para hacer frente a aquellos empleos que no se cubren.
martes, 20 de enero de 2009
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