Argentina - Las fiestas de año nuevo siempre generan esperanza respecto a lo que va a venir. Es una época de reflexión y de balances, lo que puede dar lugar a autocríticas y correcciones de lo actuado. Esto resulta clave teniendo en cuenta la necesidad de replantear políticas de Estado y prepararse para afrontar la difícil situación que genera la crisis financiera mundial.
Pero el matrimonio presidencial sepultó, prácticamente, toda posibilidad de cambio en el corto plazo. Y decidió otorgarle más poder al kirchnerismo ortodoxo, a partir de la designación de Ricardo Etchegaray, uno de los soldados más fieles de Néstor Kirchner, como titular de la Administración FederaI de Ingresos Públicos (AFIP).
También está ganando cada vez más espacio dentro del gabinete el controvertido Julio de Vido, que maneja a discreción los planes de obras públicas que sirven para castigar, o premiar, a intendentes y gobernadores.
La AFIP es un organismo clave ya que sus excedentes le sirven al Gobierno para financiarse y cubrir los problemas de caja, intercambiando recursos millonarios por Letras de Tesorería. Este mismo mecanismo también se aplica con los fondos de la Anses, lo que abre un signo de interrogación acerca de dónde saldrán los fondos para pagar las futuras jubilaciones y pensiones en caso de que la crisis se profundice.
Con las medidas que lleve adelante Etchegaray, junto con el accionar de Guillermo Moreno (secretario de Comercio Interior), el Gobierno buscaría seguir golpeando al campo, en un año electoral donde el poder K pondrá mucho en juego. En la administración kirchnerista predomina una clara actitud de revanchismo político, que en nada contribuye a la puesta en marcha de planes estratégicos que permitan transformar las consecuencias del colapso financiero internacional en una oportunidad para el desarrollo nacional.
A su vez, en los primeros meses de este año, Cristina profundizará sus viajes internacionales. Visitará países como Cuba, que más allá de sus logros en materia de igualdad social y de salud, de poco pueden contribuir a la solución de los problemas de fondo que tiene nuestro país.
Está previsto que la Presidenta, en los próximos 60 días, recorra unos 75 mil kilómetros por el exterior, lo que incluirá, además de Cuba, India, España, Corea y Venezuela. Los anteriores viajes no tuvieron demasiados efectos positivos. Lo único que sobresalió fue el anuncio de que la muestra de Tutankamón llegará a la Argentina, proveniente Egipto. Esto, junto al Rally París-Dakar que por estos días se realiza en nuestro país, parecen ser el único logro de la política exterior K.
Lejos de querer modificar el rumbo, desde el Gobierno nacional están convencidos de que con el plan canje de heladeras (no se consiguen por ningún lado), y con el programa para comprar 0 Km, se podrá afrontar una crisis estructural del sistema capitalista.
La situación bonaerense
La profundización de la influencia del kirchnerismo ortodoxo le generará más dolores de cabeza a Daniel Scioli, que deberá afrontar un año electoral con un evidente problema de caja debido al millonario déficit que arrastra la Provincia y la posible merma de la recaudación, producto del enfriamiento (cuasi-recesión) de la actividad económica. En ese contexto, docentes y estatales están agazapados para reflotar, a partir de febrero, los reclamos de aumentos salariales, lo que abre un paréntesis acerca del normal inicio del ciclo lectivo 2009. La necesidad de obtener nuevos recursos llevaron a que Scioli apunte todos los cañones a su plan para repatriar capitales a través del Banco Provincia.
Todo indica que febrero será un mes muy agitado políticamente en territorio bonaerense ya que, entre otros temas, se prevé comenzar a discutir en la Legislatura un nuevo marco normativo relacionado con las licencias de los bingos, donde funcionan unas 13 mil máquinas tragamonedas en territorio bonaerense.
Se trata de un debate que quedó trunco hace dos años cuando, en medio de un escándalo, el entonces gobernador Felipe Solá prorrogó por decreto las licencias de las salas de bingo que estaban vencidas.
Tal como informó Hoy, el gobierno bonaerense decidió no renovarle la licencia a la empresa española Codere que, en sociedad con Raúl Kraiselburd (director del diario El Día), opera desde hace casi 20 años el Bingo Platense. Se trata de una compañía que desembarcó en la Provincia en pleno auge de la década menemista, cuando se entregó el patrimonio nacional y se convirtieron las fábricas en garitos.
El debate genera la oportunidad de que, tal como se viene reflejando en las páginas de este diario, sea el Estado el que tome las riendas de este negocio millonario y se evite así que un grupúsculo de empresarios se siga enriqueciendo a partir de una actividad que tiene un fuerte impacto social y que puede generar adicción (ludopatía). Es indispensable, en ese contexto, que el proceso sea absolutamente transparente, y cuente con la participación de la Iglesia y de los representantes de las fuerzas vivas, como así también de los referentes de la oposición, lo que permitiría alejar los fantasmas de posibles favoritismos que siempre aparecen en esta actividad que, lamentablemente, en estas últimas dos décadas estuvo muy ligada al poder político. Por eso también deben cambiar las fundaciones y supuestas entidades sociales que se ven beneficiadas con los recursos del juego. Ese dinero tiene que estar dirigido a aquellas instituciones que verdaderamente cumplen una destacada labor social, ayudando a los más desprotegidos y a los sectores más postergados.
En algunos países, como Brasil, existen experiencias exitosas respecto al accionar del Estado que, ante las vinculaciones de los empresarios del juego con el poder político, decidieron patear el tablero y asumir el control total de la actividad.
Además, ante la necesidad que tiene el estado de obtener recursos, se debería apuntar a otro tipo de medidas. Se debe fomentar, a través de políticas fiscales y crediticias, a aquellos sectores que generan valor agregado y trabajo (especialmente las pymes), lo que es garantía de un verdadero desarrollo sustentable, con bases sólidas. Estas iniciativas son más difíciles de implementar y, quizás, no sea vean sus efecto en lo inmediato. Pero cuanto más se demore su puesta en marcha, peores serán las consecuencias.
Fuente: diariohoy
domingo, 4 de enero de 2009
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