miércoles, 21 de enero de 2009

Cuando el juego comienza como diversión y termina en adicción

Argentina - Según los especialistas, el ludópata muestra un patrón de actividad cerebral similar al que se ve en los alcohólicos o los drogadictos y una alteración en la zona cerebral ligada con la toma de decisiones. Por lo tanto, el tratamiento suele ser parecido. La depresión, la soledad y la angustia suelen ser las causantes de esta adicción.
La adicción al juego, ludopatía o juego patológico, como también se le ha llamado, es un desorden adictivo caracterizado por la conducta descontrolada en relación al juego de azar. Los especialistas aseguraron que los ludópatas “tienen un patrón cerebral similar a los alcohólicos y a los drogadictos y, por ende, su tratamiento es parecido”.
En diálogo con Info Región, el operador terapéutico en adicciones al juego Pablo Lanfranchi explicó que “al igual que toda adicción, la ludopatía comienza como algo divertido y social que después no se puede controlar". "El enfermo juega, pierde dinero y la noción del tiempo y el espacio”, subrayó.
La patología del jugador compulsivo se da desde el ama de casa que antes de realizar las compras pasa por el Bingo de su barrio y deja sin comida a la familia hasta el clásico empresario que deja sus escrituras y bienes en manos de prestamistas detrás de la "bola de la fortuna" o del naipe salvador.
“La ludopatía no reconoce edad ni estrato social, cualquier persona puede caer en la adicción porque el problema de fondo está vinculado a lo psicológico”, explicó el especialista.
La inversión de tiempo, energía y dinero en las actividades de juego aumenta con el tiempo y la persona se va haciendo más dependiente del juego para enfrentar la vida diaria.
"Los bingos y las tragamonedas están haciendo estragos en las mujeres porque es un lugar donde saben que no necesitan tanto dinero para apostar y nadie las va a molestar", comentó Lanfranchi.
Y agregó: "El juego empieza como algo divertido y social, pero para algunos termina mal. Aparece la culpa, la violencia, los robos, las mentiras. ¿Qué lleva al juego? La soledad, la angustia, la depresión, los malos vínculos".
La dependencia del juego es una de las enfermedades mentales menos conocidas por la sociedad. Este desconocimiento puede deberse a que los juegos de apuestas han constituido desde siempre una actividad recreativa en la mayoría de las sociedades.
Una gran parte de los individuos considera el juego como un vicio y no una dependencia grave que destruye tanto a quien la padece como a todo lo que lo rodea, especialmente los vínculos familiares.
En este sentido, juega un rol fundamental el crecimiento de los lugares de juego. Su incremento es abismal: sólo en la provincia de Buenos Aires ya hay 11 casinos, 46 salas de bingos, 3070 agencias oficiales de lotería y cinco hipódromos. Hay sorteos todos los días.
“La proliferación de estos lugares hace que cada vez sea más difícil para un enfermo recuperarse. Quien padece esta adicción sólo se cura con terapia y con contención familiar”, concluyó el especialista.
Mientras tanto, las palabras de quien padece la enfermedad y trata de recuperarse ponen de manifiesto la gravedad del caso. Es la experiencia de Juan M, de 35 años, quien desde hace dos acude a un grupo de jugadores anónimos para tratar su patología.
"En un momento creí volverme loco, tenía 31 años y había perdido el auto, estaba a punto de casarme, tenía una vida que creía ordenada, y todo se derrumbó. Mi mujer se cansó, ya no pudo acompañarme y perdí una relación y la posibilidad de formar una familia porque es muy difícil que alguien esté al lado de una persona que padece esta enfermedad. Por suerte, tomé conciencia, por decirlo de algún modo, y ahora estoy contenido, pero es algo muy triste", comentó el joven, con esperanzas de "salir definitivamente" de la ludopatía, "aunque es un trabajo que se hace día a día".
Fuente: inforegion

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