MACAO - Sin embargo, al poco tiempo empezó a probar su suerte en otros juegos, y con apuestas mayores, financiando sus viajes cada vez más frecuentes a lujosos casinos con el presupuesto municipal y recursos de varias empresas de bienes raíces bajo su control.
Como el alcalde una pequeña ciudad en las remotas áreas de China, Li Weimin empezó siendo más o menos inocente, jugando a las máquinas tragamonedas en la cercana Macao, juegos con nombres como Cinco Dragones, Cocina China y Gato Súper Feliz de la Fortuna.
Sin embargo, al poco tiempo empezó a probar su suerte en otros juegos, y con apuestas mayores, financiando sus viajes cada vez más frecuentes a lujosos casinos con el presupuesto municipal y recursos de varias empresas de bienes raíces bajo su control.
"Para mí, era fácil pedir prestado o desviar recursos desde esos lugares", dijo Li, de 43 años de edad, en su juicio, con base en información de un periódico administrado por el Estado, el Diario de China. Con el tiempo, él perdió 12 millones de dólares y fue condenado a 20 años de cárcel.
Li es uno entre cada vez más jefes del Partido Comunista y funcionarios gubernamentales que, destacan fiscales del gobierno, saquearon recursos del Estado, cuentas empresariales y arcas municipales para probar su suerte en Macao, que yace justo al otro lado de la frontera desde la provincia de Guandong.
Muchos de los mayores perdedores han sido enviados a la cárcel y cuando menos 15 han sido ejecutados. Algunos se han suicidado. Los escándalos se han convertido en fuente de profunda vergüenza para el gobierno chino, que ya empezó a aplicar severas medidas sobre las visas para viajes a Macao.
Si bien las apuestas siguen siendo ilegales en el territorio continental de China, son oxígeno puro para Macao, que Portugal le devolvió a China en diciembre de 1999. El diminuto territorio, que ha estado gozando de un auge en el juego, turismo y la construcción desde 2004, depende de las apuestas para reunir 75 por ciento de su base fiscal.
Actualmente con el mayor mercado de apuestas en el mundo entero, Macao registra ingresos anuales por apuestas que superan a los de la Franja de Las Vegas y Atlantic City juntos. Entre sus 31 casinos está el más grande del mundo, el Macao Venetian.
Buena parte de esa prosperidad ahora está bajo amenaza, dicen expertos en esta localidad, no solamente por la crisis mundial de economía sino también por la severa represión sobre el juego por parte del gobierno en Beijing. El tema es tan delicado en China que más de una docena de peticiones para entrevistas a lo largo del mes pasado fueron rechazadas por el gobierno y dirigentes del partido.
Un funcionario de Chongqing, el director del departamento de propaganda del Partido Comunista, fue acusado de malversar un total de 24 millones de dólares. Junto con una colega, él dilapidó cuando menos la mitad del dinero en el Casino Lisboa de este lugar, con base en información de Xinhua, la agencia oficial de noticias de China.
Los funcionarios chinos que apuestan aquí pierden mayormente en el bacará, el juego preferido en Macao, pero también pierden en el blackjack (21), póquer y en un juego con dados conocido como el Pez-Langostino-Cangrejo. Y si bien muchos de ellos son apostadores neófitos, a menudo apuestan miles de dólares en una sola mano.
En 2008, un estudio entre 99 grandes apostadores del territorio continental de China demostró que 59 por ciento tenía algún tipo de afiliación con el Estado: 33 eran funcionarios gubernamentales, 19 eran altos gerentes en empresas paraestatales y siete eran cajeros en negocios del Estado. Típicamente fueron varones, entre los 30 y 49 años de edad, y vivían en áreas del territorio continental cercanas a Macao.
Los funcionarios gubernamentales informaron que, en promedio, habían perdido 2.7 millones de dólares de manera individual, con base en datos del estudio, el cual fue conducido por Zeng Zhonglu, catedrático en el Instituto Politécnico de Macao. Los administradores estatales perdieron 1.9 millones de dólares en promedio, cada uno, y los cajeros perdieron 500,000 dólares en promedio. En su mayoría, dijeron que sus carreras como apostadores habían durado menos de cuatro años antes que fueran del dominio público.
Sus pérdidas en mesas llevaron a la bancarrota cuando menos a 10 empresas. Un editorial en el Diario Juvenil de Beijing decía que las apuestas por parte de funcionarios públicos "amenazan la seguridad del tesoro nacional", aunque no es claro precisamente cuánto dinero se ha perdido en apuestas.
"Yo no creo que eso lo sepa ni siquiera el gobierno chino", dijo Desmond Lam, experto en Macao y en apuestas chinas que actualmente es un destacado investigador integrante de la Universidad del Sur de Australia. "De cualquier forma, esa cifra probablemente sea muy sustancial, rondando al menos por los cientos de millones hasta ahora.
"Y si se incluye el dinero que no ha sido detectado, debe ser más".
China había intentado repetidas veces aplicar duras medidas sobre el juego por parte de funcionarios públicos pero nunca tuvo mucho éxito hasta que llegó a la idea de limitar las visas.
Las nuevas reglas sobre las visas, que entraron en vigor en el verano pasado, limitan a los funcionarios del territorio continental a tan sólo un viaje cada tres meses, y durante no más de siete días, y han resultado sumamente efectivas, aseguran analistas del juego y académicos.
"Ha sido un problema muy serio, en verdad, pero está mejor actualmente", dijo Zeng, el autor del estudio sobre grandes apostadores. "El gobierno central tiene estrictos controles sobre funcionarios que vienen a Macao".
Pero, a lo largo de la marcha, las restricciones han contribuido a convertir a Macao en algo similar a una bancarrota, conexión que fue puesta de relieve el lunes de esta semana, cuando las acciones de empresas que tienen casinos en Macao registraron una caída de un quinto de su valor luego que Beijing anunciara que mantendría los controles sobre las visas. Los precios de las acciones de empresas han bajado en más de 80 por ciento en promedio respecto de sus máximos niveles registrados un año atrás.
Jefes de casinos, operadores turísticos, propietarios de tiendas, restauranteros y hoteleros está sintiendo el aguijonazo de lo que Samuel Yenug, el gerente del histórico Hotel Lisboa, llama "el apretón del control de la China continental".
Los ingresos derivados de apuestas se están desplomando y las tiendas de lujo están vacías. Altos hoteles y torres de apartamentos yacen a medio terminar. Miles de empleados de la construcción y casinos han sido despedidos. El mes pasado en el Venetian, la mitad de los gondoleros cantores en su "Gran Canal" techado fueron despedidos abruptamente.
"El gobierno está diciendo que Macao va demasiado rápido y que nosotros debemos bajar el paso", comentó Davis Fong, catedrático de negocios y director del Instituto para el Estudio de las Apuestas Comerciales en la Universidad de Macao. Después, citó un congelamiento en nuevos proyectos y regulaciones más estrictas pesando sobre los casinos del territorio.
Es como si el oro se estuviera agotando en el Klondike.
"No es tanto el descenso mundial lo que está teniendo un efecto sobre Macao; son las restricciones de visado lo que mayor impacto está teniendo", notó Anil Daswani, analista en Hong Kong que sigue de cerca de la industria del juego por Citigroup. "Claramente, había demasiado capital llegando a Macao, y el territorio continental de China está intentando enfriar la economía.
"Sin embargo, eso es preocupante, en definitiva. Los volúmenes han bajado materialmente".
Fuente: prodigy
viernes, 16 de enero de 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario