
Según Novales, el Estado debe tomar a la ludopatía (la adicción compulsiva al juego) como una enfermedad que requiere de políticas urgentes. El proyecto de ley surgió a partir de una carta que recibió el diputado de un adicto al juego que perdió su familia y su trabajo.
Novales dijo ayer a radio El Espectador que el Estado "debe reconocer que la ludopatía es una enfermedad" y empezar a tomar medidas al respecto para ayudar a las personas que sufren este problema.
"Nosotros que vivimos en Mercedes, que es una población relativamente chica y nos enteramos obviamente de todo lo que sucede, vemos cómo permanentemente gente que está con esta enfermedad ha perdido su familia, ha perdido su empleo. Incluso algunos han llegado hasta a quitarse la vida. Y es un tema como que mucha gente lo mira para otro lado. Yo creo que ha llegado el momento de tomar cartas en el asunto", señaló Novales.
El diputado propone dos grandes medidas, una de las cuales, además, fue sugerida por el hombre que firma la carta y pertenece a un grupo de autoayuda de jugadores anónimos. La primera medida es poner carteles en todas las salas de juego que adviertan a las personas que concurren a esos lugares de que "el juego patológico abusivo es perjudicial para la salud" y que puedan "poner un freno a tiempo".
La segunda consiste en obligar a las salas de juego a que no abran de mañana, ya que a esa hora concurren los jugadores que están "más enfermos".
"Este tipo de medidas ya se está usando en muchos lugares del mundo", como en Argentina, argumentó Novales.
"Muchos incautos jugadores sociales entran por primera vez a una sala de máquinas tragamonedas, sin tener claro que pueden estar ingresando en un túnel de destrucción si llegara a despertar en ellos la compulsividad por el juego. Al menos, creemos importante que quien asuma este tipo de actividades `recreativas` tenga claro el riesgo a correr y, lo que es más, se entere que existe un desequilibrio emocional llamado ludopatía o juego compulsivo", dice la carta que recibió Novales de un jugador.
Esa persona cuenta en su carta que ocupaba un puesto "muy importante" en el Estado y que "durante mucho tiempo cayó en las redes del vicio insaciable" al punto que cometió un "grave delito" que lo llevó a la cárcel. Hoy dice ser una persona curada que milita para que otros no pasen lo que pasó.
Fuente: elpais
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