Singapur - Kuala Lumpur - Singapur inauguró hoy su primer casino, situado en la isla artificial de Sentosa y al que pronto seguirá otro centro, dentro un plan multimillonario para transformar la industria turística de la ciudad-estado.
Una mujer de mediana edad fue la primera en entrar al complejo, que abrió sus puertas a esta hora exacta del Día de San Valentín y primera jornada del Año del Tigre en el calendario lunar chino. Pronunciados de forma seguida, los números 12 y 18 suenan muy similar a la palabra "prosperidad" en mandarín.
Después de la mujer, unos 200 turistas penetraron en el moderno salón de juegos de Resorts World Sentosa, propiedad del conglomerado malasio Genting, que ha invertido 4.400 millones de dólares en el enorme recinto de 49 hectáreas, que cuenta con hasta cuatro hoteles de cinco estrellas.
El presidente de Genting, Lim Kok Thay, destacó durante la ceremonia de inauguración con danzas y petardos que el complejo es un "hito" para Singapur.
Resorts World Sentosa también dispondrá pronto del primer parque temático de Universal Studios en el Sudeste Asiático, que esta noche abrirá sus puertas a un selecto grupo de singapureses a modo de aperitivo.
Por su parte, la empresa estadounidense Las Vegas Sands tiene previsto inaugurar en abril Marina Bay Sands, que ha costado 5.500 millones de dólares y será el segundo casino de la ciudad-estado.
Las autoridades de Singapur esperan que ambos centros de ocio ayuden al país a lograr su objetivo de atraer antes de 2015 unos 17 millones de turistas anuales, que generarán ingresos superiores a los 21 mil millones de dólares.
El Gobierno singapurés quiere impulsar el sector turístico para dejar de depender tanto de los servicios y las manufacturas, los tradicionales motores de la economía más avanzada de la región.
Tras años de debate, las autoridades concedieron en 2005 las dos licencias a Genting y Las Vegas Sand.
Se espera que los casinos incrementen en un 1 por ciento el Producto Interior Bruto (PIB) y generen hasta 35 mil nuevos puestos de trabajo.
No obstante, algunos singapureses rechazan la legalización del juego, pues a su juicio pone en peligro los valores morales paternalistas de la conservadora sociedad y podría convertir al pequeño país en un centro de blanqueo de dinero.
La Verdad
domingo, 14 de febrero de 2010
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