lunes, 8 de febrero de 2010

Guerra de ``blackjack'' en casinos locales

USA - Florida - Una valla del Gulfstream Park en la I-95l proclama "iFinalmente, `blackjack' de $5!''. A unos pocos pies a la derecha, la valla de un Mardi Gras Casino grita "Virtual Blackjack Baby!''.
Estos esfuerzos de mercadeo son parte de la última batalla entre los hipódromos y los canódromos del sur de la Florida y el más exitoso imperio de juego de los indios seminoles. Ambos quieren el dinero de los clientes y ambos está contando con el ``blackjack'' como un gran atractivo.
Pero sólo los seminoles- gracias a su estatus único como una nación soberana- pueden ofrecer el tradicional "blackjack'' jugado en una mesa con cartas. En otras palabras, como en las películas de James Bond. Parimutuales como Gulfstream y Mardi Gras sólo tienen "blackjack'' electrónico o virtual y, aun así, han tenido que convencer al estado para que lo permita.
Así que en las guerras del ``blackjack'' del sur de la Florida, no sólo se trata del enfrentamiento entre parimutuales y seminoles sino también entre el hombre y la máquina.
"A las nuestras les va espléndidamente, a los clientes les encanta'', dijo Steve Calabro, vicepresidente de Juego del Gulfstream Park, refiriéndose a las máquinas tragamonedas. ``Les va tan bien que estamos añadiendo otros dos juegos, llegan la semana que viene''.
Aunque, por ahora, Mardi Gras va a seguir con sus siete máquinas de ``blackjack'', el director general Dan Adkins dice que las mismas están superando las habituales máquinas tragamonedas. Los precios de Mardi Gras para su ``blackjack'' virtual es de sólo $3.
Los precios de las mesas de ``blackjack'' de los seminoles, sin embargo, nunca son menores de $10, y algunas mesas requieren una apuesta mínima de $25.
Existe la posibilidad de que el electrónico ``21'' de las parimutuales pudieran salir mal y confirmar el derecho legal de los seminoles al verdadero "blackjack'', un juego mucho más lucrativo para los casinos. Los legisladores estatales han criticado a la tribu por seguir ofreciendo "blackjack'' aunque los juegos estén bajo una nube legal. En 2007, los seminoles hicieron un acuerdo de juego con el gobernador Charlie Crist que permitía el ``blackjack'' pero el mismo fue posteriormente invalidado por los tribunales debido a que no tenía la aprobación de la legislatura.
Algunos dirigentes estatales como el Procurador General Bill Mc Collum ha solicitado que las autoridades federales intervengan e impidan que la tribu ofrezca ``blackjack'' y otros juegos de mesa "banked''.
Ahora que la División de Apuestas Pari-Mutuales del estado ha considerado legal el ``blackjack'' electrónico, los seminoles les están diciendo a los federales que la tribu tiene derecho a ofrecer ``blackjack'', aunque no haya un acuerdo legal sobre el mismo.
"Ahora que el estado ha reconocido formalmente este juego y le ha dado licencia, nosotros pensamos que el problema ha terminado'', dijo Barry Richard, abogado de los seminoles. Los reguladores federales todavía están escuchando argumentos legales de ambas partes y todavía no han tomado una decisión.
Los jugadores de "blackjack'', mientras tanto, van a las nuevas mááquinas electrónicas con una mezcla de curiosidad y escepticismo.
El "blackjack'' virtual ha sido considerado igual a las máquinas tragamonedas en parte porque los resultados están determinados no por cartas reales sino por un generador aleatorio de números, la misma forma en que las máquinas determinan quién gana y quién pierde. Eso significa que si un jugador delante de usted opta por tomar otra carta, o quedarse con la que tiene, esas acciones no afectan la carta que le dan. La "carta'' que ese jugador coge no es la misma que la máquina le hubiera dado a usted.
Los juegos se jactan de atractivas vídeo banqueras (actrices pregrabadas) que aparecen en una gran pantalla. También hay banqueros en la pantalla aunque mucho menos frecuentemente.
Los comentarios y acciones de las banqueras están sincronizados con el juego, desde mirar a las cartas virtuales hasta disculparse cuando tienen "blackjack'' y se llevan todo el dinero.
"Venga a jugar conmigo!'', dice una banquera de pelo castaño y trusa roja, que tiene como fondo una lujosa piscina.
Frecuentemente, los jugadores bromean sobre lo extraño de todo eso pero se vuelven suspicaces si caen en una mala racha. Un jugador de Gulfstream insistía en que la administración tenía que haber reprogramado las máquinas porque en una ocasión anterior le había ido mucho mejor.
En Mardi Gras, la novedad de jugar - y perder - contra un banquero virtual pasó rápidamente para Mitchell Brown, de Lauerdale Lakes.
"No creo que sea verdadero `blackjack', lo dirige una computadora'', comentó Brown, de 45 años. ``Si fuera una persona, mis posibilidades serían mejores''.
Adkins, de Mardi Gras, dijo que las probabilidades de ganar de los jugadores es comparable a la de un jugador en una mesa tradicional de "blackjack'' contra un banquero. Pero Adkins no dijo que las dos versiones fueran lo mismo.
"Usted está jugando con una máquina tragamonedas, y realmente es algo nuevo'', dijo Adkins. `No es `blackjack'.
Nuevo Herald/Michael Vásquez

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