USA - Florida - Durante ocho largos años, el Hialeh Park ha sido un monumento histórico en hibernación, su futuro en duda y su famosa arquitectura Renaissance Revival en lenta desaparición.
Pero, en estos días, el Hialeh Park está ocupado. Muy, muy ocupado.
Armado con su nuevo permiso de caballos de un cuarto de milla -- y con las fechas de las carreras aprobadas esta semana por el estado -- el Hialeh Park se está preparando para su reapertura el 28 de noviembre. Aproximadamente 150 obreros de la construcción están trabajando turnos dobles pintando los cielorrasos, arreglando tuberías dañadas y barriendo los pisos. En lo que se acerca la fecha, pudieran trabajar en turnos triples.
"Definitivamente va a estar presentable'', dijo Orlando Ceballos, el gerente del proyecto de construcción.
¿Reconquistará Hialeh, que se inauguró en 1925, el esplendor que tantos recuerdan con amor?
No totalmente puesto que gran parte del masivo programa de restauración no va a estar listo para su reapertura.
Al principio, a los visitantes se les permitirá entrar en el área de la casa club pero otras secciones todavía en reparación -- como las gradas -- seguirán cerradas.
Las opciones de juego también estarán limitadas puesto que no se espera que las máquinas tragamonedas lleguen hasta dentro de un año.
Este año, los legisladores estatales resucitaron Hialeh al permitir que se instalarán máquinas tragamonedas tras dos años de carreras. Hialeh está superando ese obstáculo con una temporada de carreras de 20 días en noviembre y diciembre y otras temporada en enero y febrero.
Aunque inicialmente limitados a carreras de un cuarto de milla, Hialeah Park espera añadir en el futuro caballos de pura raza, que corran una milla.
El trabajo de restauración empezó este mes. Una vez abierto el hipódromo, los caballos correrá en Hialeah hasta el 2 de febrero.
Ya se han establecido establos temporales para 800 caballos, y la pista ha sido preparada para las carreras.
El miércoles, en lo que un grupo de legisladores estatales recorrían la propiedad, las bandadas de flamingos rosados que viven en el centro del óvalo de las carreras pasaban entre una laguna y su pequeña islita antes de volar.
"Ya luce fantástico'', comentó el representante estatal por Hialeh Eduardo ``Eddy'' González.
Aunque todavía es un trabajo en progreso, el inesperado renacimiento de Hialeh Park tiene una gran significación tanto para la creciente industria del juego en el sur de la Florida como para ``la ciudad de los trabajadores, el segundo mayor municipio de Miami-Dade.
Cuando Hialeah Park abra, sólo tendrá carreras de caballos y, poco después, póquer, pero los planes futuros para esta propiedad de 220 acres incluyen un casino de dos pisos, un hotel y opciones de entretenimiento independientes del juego como un cine y una bolera.
"Aunque en otras comunidades se dan por descontados la bolera y el cineplex, no hay nada de eso en Hialeh,'' dijo el representante estatal por Hialeah, Esteban Bovo Jr., un antiguo empleado del hipódromo que ha jugado un papel muy importante en la resurrección del parque.
Si todo sigue acorde al plan, el Hialeah Park no sólo se convertirá en un destino regional sino en un gran generador de empleos.
Según un estudio sobre la ciudad, un hipódromo revitalizado crearía, directa e indirectamente, unos 11,000 empleos. Miles de personas se han inscrito para trabajar en el complejo.
Terminar todas las fases del nuevo parque pudiera tomar 10 años y $100 millones, o más.
Un problema: todas las elevadas expectativas de Hialeh giran sobre las medidas de la legislatura estatal, que todavía está negociando un acuerdo de juego con la Tribu de los Seminoles.
Por ahora, el derecho de Hialeah a las máquinas tragamonedas está legalmente vinculado al acuerdo que se está finalizando.
El acuerdo le permitiría a los casinos seminoles seguir ofreciendo blackjack y otros juegos de cartas, a cambio de pagos anuales al estado. Los legisladores estatales y la tribu no han podido ponerse de acuerdo en los términos del acuerdo.
Si no se puede terminar el acuerdo, Hialeh pudiera perder su capacidad de añadir máquinas tragamonedas, lo que, a su vez, pudiera poner en peligro su supervivencia a largo plazo como hipódromo.
John Brunetti, el dueño de la pista, está contando con la aprobación del acuerdo y, en caso contrario, piensa que la legislatura pudiera establecer una forma para que Hialeah pueda mantener las máquinas sin un acuerdo establecido.
Armado con las máquinas tragamonedas y todos los otros entretenimientos, Brunetti confía que el nuevo Hialeh Park pueda prosperar.
"Con el debido respeto, ni los indios seminoles ni nadie puede darle a usted la vista que nosotros tenemos aquí'', dijo Brunetti.
Fuente: El Nuevo Herald
viernes, 30 de octubre de 2009
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