
Desde el avión se ve sol y desierto. Cosa buena para uno que convive con el frío y el cemento a borbotones por estos días. Avisan que estamos próximos a aterrizar en Antofagasta justo cuando distingo la famosa postal de La Portada.
No soy una persona asidua a los casinos, pero apenas me dijeron que el destino era el gran Enjoy de Antofagasta partí encantada al panorama con el plus de conocer también el nuevo Museo del Desierto de Atacama que nace junto a las Ruinas de Huanchaca, ubicadas justo al frente de esta construcción.

Estudio Larraín, quienes proyectaron el casino.
No competir con las ruinas, todo lo contrario, ser un aporte con la transformación del lugar fue la base de esta iniciativa, “por eso se proyectó una obra enfrentada a Huanchaca, como un edificio pantalla, de simple diseño y materiales de fachada tales como piedra arenisca y cobre trabajado como tramas. El enfrentamiento de los edificios y sus geometrías transforman el área intermedia en el Ágora, la plaza cívica en donde se emplaza el museo”, suma el arquitecto.
Frente a frente, como si fuera un cara a cara, Enjoy mira hacia las Ruinas de Huanchaca y viceversa, a lo que se acopla el nuevo museo ubicado dentro de las mismas, “la estrategia del museo se basa, justamente, en ese ritmo matemático de llenos y vacíos que tienen las ruinas, en un edificio con una clara voluntad horizontal para nunca entorpecer las vistas del monumento. Por otra parte, la topografía, elemento clave del paisaje, permite elaborar la propuesta programática del museo, ya que cinco rampas son las que conectan las explanadas que conforman el Parque Cultural Ruinas de Huanchaca”, comenta el arquitecto Iñaki Volante, del Estudio Coz, Polidura y Volante Arquitectos, a cargo de la construcción del museo.

Dejo Antofagasta con la mejor de las sensaciones, esa que queda luego de ver un trabajo bien pensado y excelentemente bien ejecutado.
Fuente: latercera/Soledad García-Huidobro
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