lunes, 31 de agosto de 2009

Prode con más variables

Argentina - Buenos Aires - El nuevo negocio suele discutirse en Brandsen, en el campo de Grondona. Para las empresas de juego, lo ideal sería habilitar el sistema que existe en Europa.
Allí, los apostadores pueden aventurar el resultado de los partidos, la identidad de los goleadores, el número de goles y hasta el momento en que son realizados. El juego se abre 72 horas antes de cada match y la recompensa que ofrece un equipo va mutando según cómo esté integrado, si se lesiona o no algún jugador crucial, etc.
La empresa Bwin, que controla la red principal, habilitó modalidades tan extravagantes que después de la muerte de Juan Pablo II se tomaban apuestas sobre la duración del cónclave y la identidad del nuevo papa.
Grondona le viene explicando a Fernández que no hay que ser tan ambicioso. Un régimen muy sofisticado demandaría una ley especial, con la adhesión de todas las provincias, que el oficialismo no está en condiciones de conseguir. Igual que en la reforma de la ley de radiodifusión, Fernández debe trabajar con premura. Como si el 10 de diciembre llegaran a casa los nuevos dueños.
Grondona calcula que sería mejor reducir las apuestas digitales a un Prode con más variables, sin demasiado esfuerzo parlamentario. Hace una década, él ya impulsaba esta iniciativa a través de Scioli, por entonces diputado menemista.
Los empresarios del juego están revoloteando, ansiosos, sobre esta nueva cantera. No sólo López y Tabanelli, cuando pelean por la captura de apuestas. También está Codere, que administra la más importante cadena de bingos de la provincia de Buenos Aires. Cuatro de ellos están en Mar del Plata. Los gerencia Jorge Bosco, el presidente de la Liga Marplatense de Fútbol. Bosco es una especie de álter ego de Grondona, con quien organiza los torneos de verano. Los competidores de Codere temen que Grondona, clave ahora en los juegos de azar, imponga alguna ventaja para esa empresa.
Las apuestas electrónicas han hecho estallar el fútbol europeo, sobre todo el italiano, en el que decenas de jugadores y árbitros fueron procesados por realizar fraudes con los resultados de los partidos. ¿Permitiría Grondona semejante deformación en la Argentina? La fe antimonopólica, que pretendía salvar al fútbol, abrió la puerta a nuevas explotaciones que podrían echarlo a perder.
La pasión oficial por la libertad de mercados tuvo la semana pasada otra manifestación: la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia le dio a Telecom Italia 60 días para vender su participación en la Telecom local. La estrategia oficial sería que la Secretaría de Comercio -Guillermo Moreno- designe a un "desmonopolizador", que fijará los pasos del procedimiento y, de modo indirecto, el precio de venta.
El caso sería menos escandaloso si no fuera porque un grupo de amigos de Kirchner está esperando quedarse con la empresa. Lo integran Eduardo Eurnekian y Ernesto Gutiérrez, de Aeropuertos Argentina 2000. Dos directivos de Telecom Italia escucharon decir a Julio De Vido: "Si hablan con la gente de Aeropuertos, les podemos resolver el problema de la venta". Contra Gutiérrez y Eurnekian compite el Grupo Clarín.
La presión sobre Telecom podría ser una prueba piloto para la desmonopolización que prevé el proyecto de ley de "servicios audiovisuales" que acaba de llegar al Congreso. No sólo porque el texto permite a las telefónicas convertirse en medios de comunicación. También establece que muchas empresas tendrán que desprenderse de radios, canales de televisión o los tendidos de TV-cable para cumplir con los nuevos límites a la propiedad de medios.
¿Habrá también un funcionario desmonopolizador? ¿Se pondrán plazos perentorios de venta para bajar los precios? ¿Debutará Moreno en la industria periodística? ¿Habrá amigos de Kirchner preparándose para juntar las frutas que caigan del árbol?
Demasiadas incógnitas para una sola certeza: ahora se entiende por qué la desmonopolización, además de tardía, se ha vuelto urgente.
Fuente: lanación/Carlos Pagni

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