miércoles, 26 de agosto de 2009

A Las Vegas le tocó la peor mano: la ciudad del pecado no tienta como antes

USA - Las Vegas - La ciudad emblema del juego y de la vida nocturna está pagando el precio de su poca diversificación. El ingreso de los hoteles y casinos se derrumbó, al tiempo que el desempleo pasó del 0,6% al 10% en poco tiempo. Para colmo, el 60% de los propietarios tiene una deuda hipotecaria que supera el valor de su casa. La mayor apuesta de Las Vegas, que siempre consistió en vender la imagen de la ciudad del desenfreno y los excesos, no cae bien en tiempos de crisis, cuando la gente vuelve a valores más puritanos.
En esta mano de póker en que se ha convertido la crisis financiera de EE.UU., la ciudad de
Las Vegas arrancó con cartas muy malas y debería pedir que le cambien las 4 que puede canjear para ver si las cosas mejoran y al menos logra salvar la apuesta. Porque después de muchas décadas (la última crisis fuerte fue en 1958), Sin City (o la Ciudad del Pecado, como se la conoce), está atravesando un período muy difícil por la caída en la llegada de turistas dispuestos a gastar sus ahorros en las mesas de ruleta y los tragamonedas. En Las Vegas, la crisis se palpa en cada esquina: los precios de las habitaciones cayeron en promedio un 25% y los ingresos de los casinos se redujeron en un 15% con respecto al año pasado. Incluso el prestigioso Guide Michelin decidió dejar de publicar en 2010 su edición dedicada a Las Vegas por la fuerte caída en las ventas.
Para la ciudad, la huida de los turistas (principalmente estadounidenses) fue un golpe duro, que se suma a la baja en el gasto de los que siguen yendo, que tienen menos plata para apostar y que prefieren dejar de ir a espectáculos o de contratar servicios de acompañantes.
Pero también se siente la falta de ejecutivos y profesionales asistiendo a alguna de las convenciones que se organizan cada año: el número de eventos corporativos cayó un 16% comparado con 2008, a causa del ajuste en el gasto que han tenido que aplicar las empresas de EE.UU. por la recesión económica.
Sin embargo, esto no explica todo, ya que también hay entre los estadounidenses una vuelta a las fuentes, a mantener un perfil más bajo y a valores más puritanos, un clásico en toda crisis. Y justamente, la mayor apuesta de Las Vegas, que siempre consistió en vender la imagen de la ciudad del desenfreno y los excesos, hoy no cae bien. De hecho, el tradicional eslogan de la ciudad, "What happens here stays here" (?Lo que sucede aquí, aquí se queda"), que alimentó durante años la fantasía de millones de estadounidenses, se ha convertido en una mochila difícil de quitarse de encima.
Es así que el impacto de esta fuerte caída en los ingresos se ve reflejado en la actividad económica de toda la ciudad. La construcción se replegó brutalmente (cayó en 2008 un 92% con respecto a 2007) y el desempleo, que hasta hace poco alcanzaba el 0,4% (una tasa difícil de igualar), hoy ronda el 10%, el mayor nivel de los últimos 25 años.
Como era de esperarse, esta crisis también se vive de manera muy dramática en el mercado inmobiliario. El 60% de los habitantes de Las Vegas que posee una vivienda tiene además una deuda hipotecaria superior al valor de su casa. Y la cantidad de embargos sobrepasa en 7,5 veces la media nacional. En el mes de julio, una de cada 47 viviendas fue embargada.
Un emblema del tremendo porrazo que se pegó la ciudad es Sheldon Adelson, propietario del hotel Venetian (uno de los principales) y rankeado en 2008 como la tercera fortuna más grande del mundo, con unos u$s 40.000 millones en su haber. En una entrevista con la revista Time (que irónicamente bautizó a la ciudad Less Vegas, o "Menos Vegas"), Adelson calculó sus pérdidas sufridas por la crisis en u$s 36.000 millones (el valor de las acciones de su compañía, Las Vegas Sands, cayó de u$s 144 a u$s 1,42 en marzo pasado).
Pero a pesar de ello, el empresario es optimista, como sucede con la mayor parte de los habitantes de la ciudad. "No hay forma de que este mundo cambie. No hay forma de que la gente deje de hacer las cosas que le gusta hacer. La gente no va a decir "me voy a la playa con un libro en lugar de viajar a Las Vegas". No creo que haga eso, porque está en su naturaleza", afirmó Adelson. La realidad parece darle la razón: en una ciudad donde cualquier cosa puede pasar, no se suspendió la subasta para octubre del esqueleto (verdadero) de un Tiranosaurio Rex en el hotel Venetian, donde se espera recaudar u$s 6 millones. Ni tampoco se detuvieron las obras de varios nuevos hoteles que contribuirán con miles de habitaciones suplementarias a la oferta actual. "Esta es una ciudad construida sobre sueños y esperanzas y la gente no abandona sus sueños y esperanzas cuando hay una recesión", afirmó Neal Smatresk, vicerrector de la Universidad de Nevada.
En realidad, los habitantes confían en que Las Vegas reciba mucho mejores cartas y pueda doblar la apuesta, como ha sucedido siempre. Todos creen que la recesión va a terminar pronto y esa será la señal para que los turistas vuelvan a visitarlos y a gastar sus ahorros.
Pero como dice Time, "los habitantes no tienen otra opción que apostar a que los negocios vuelvan a florecer. Todos están en el mismo barco".
Fuente: cronista/Martín Burbridge

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