Una biografía del cantante documenta su estrecho vínculo con la mafia estadounidense.
Sinatra estuvo en la cumbre mafiosa donde se pactó matar a un gángster Bugsy Siegel, el capo de la mafia del oeste de EE.UU, quien no quería que Frank le recortara su poder en Las Vegas. Tras su muerte, el cantante se convirtió en una gran estrella en la ciudad del juego.
Los italianos suelen dividirse entre dos clases de gente: los Lucky Luciano (el capo de la mafia de los años 30 y 40) y los Miguel Angel", alguna vez dijo Gene Di Novi, el pianista italiano y estadounidense que tocaba junto a Frank Sinatra en los saloon bars de las ciudades de Nueva York y Nueva Jersey. "Frank es la excepción: tiene algo de los dos."
Ya se conocía hasta la saciedad al artista pero el otro Sinatra, conocido, aunque, hasta la fecha jamás investigado a conciencia, ya salió a la luz con pelos y señales en la nueva biografía del cantante: The life (La vida), de Anthony Summers y Robbyn Swan (de la editorial Alfred A. Knopf), que se puso a la venta en Estados Unidos el 16 de mayo de 2005.
Este es el Sinatra de familia siciliana emigrada a Nueva Jersey que, según uno de los contrabandistas de su barrio, "siempre quería ser un gángster".
También es el Sinatra que, después de abandonar la orquesta de Tommy Dorsey incumpliendo su contrato, manda al matón Willie Moretti a decirle cuatro cosas a Dorsey.
"Willie puso el dedo en el gatillo de la pistola y me dijo que estaba encantado de enterarse de que iba a dejar a Frank romper el contrato. Entendí el mensaje", recordó Dorsey, de acuerdo con un extracto del libro publicado en el ultimo número de la revista Vanity Fair.
Sin embargo, es la relación con el gran padrino Luciano —oriundo del mismo pueblo siciliano, Lercara Friddi, que los abuelos de Frank Sinatra— la que más daño ha hecho a la imagen del old blue eyes (viejo ojos azules), según los autores del libro.
Lucky Luciano llegó a las cotas más altas del poder mafioso después de matar personalmente a veinte personas y establecerse en el centro de operaciones del Mob en La Habana y, después, en Las Vegas.
Sinatra, según Summers y Swan, le ayudó tanto directamente como indirectamente. Un año después de que Luciano llegara a La Habana en 1946, Sinatra, con 31 años cumplidos, le llevó 3,5 millones de dólares en billetes de 50 —según distintas fuentes citadas por los autores, entre ellos Jerry Lewis—, utilizados para construir el imperio de Luciano en Cuba.
Sinatra fue interceptado en un control de rutina en la aduana y fue obligado a abrir el maletín en el que ocultaba el dinero sucio.
Pero la multitud, que empezó a rodearlo y a empujarlo en cuanto fue reconocido, lo salvó e hizo que el agente aduanero lo dejara pasar ignorando un dinero cuya cantidad y origen, según Lewis, pudo haberlo comprometido seriamente.
Sinatra de inmediato ridiculizó la acusación, asegurando que en el maletín solamente transportaba material de pintura, óleos y un bloc de dibujo, además de joyas personales.
Sinatra cantó ante los mafiosos reunidos en el hotel Nacional La Habana en 1947, convocados por Luciano.
En aquel encuentro se pactó el asesinato de Bugsy Siegel, el capo de la mafia del oeste, hombre fuerte de Las Vegas, cuyo nuevo hotel Flamingo atravesaba una crisis de financiación.
Según los autores del libro, Sinatra "había estado haciendo sus planes para construir su propio hotel casino en Las Vegas. Siegel se había quejado de la posibilidad de tener a Frank como competencia (...)", continúa diciendo la biografía.
Pocos meses después de la reunión de mafiosos en La Habana, "Siegel —afirman Summers y Swan— murió entre una lluvia de balas".
El consorcio de Luciano se hizo cargo del hotel Flamingo y gestionó la conversión de Las Vegas en la meca del juego y del entretenimiento. Frank era la atracción principal.
Sinatra se convirtió en el mayor activo de la siguiente gran operación inversora en Las Vegas, el hotel Sands, donde Sinatra actuó todos los años hasta finales de los años sesenta.
Para contar con la voz de Sinatra en sus casinos y para popularizarlo todavía más, la mafia estadounidense hizo todo lo necesario para que el cantante tuviese su oportunidad de brillar como actor en el cine. Como en la historia del casting de "De aquí a la eternidad", película que lanzó a Sinatra a la fama en Hollywood. En 1952 Sinatra, al borde de la quiebra emocional y financiera, tras una destructiva relación con Ava Gardner, trató de conseguir el papel del soldado Angelo Maggio dejado vacante por Eli Wallach en la famosa película sobre soldados norteamericanos destinados en Honolulu antes del bombardeo de Pearl Harbor.
El director, Fred Zinnemann, estaba interesado en Sinatra, pero el productor Harry Cohn se negó y tachó a Sinatra de mediocre.
Apenas unas horas después, Cohn recibió una llamada del matón Jimmy "Blue Eyes" Alo, colaborador de Luciano.
Sinatra ganó después un Oscar por su interpretación del joven Maggio.
Nota: Andy Robinson – La Vanguardia
viernes, 13 de julio de 2007
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