Podríamos decir que fue a comienzos de la década de 1920 cuando se empezaron a conocer datos de analistas y matemáticos que estaban dedicando sus investigaciones al estudio del azar los fenómenos que en éste se producen, especialmente el juego de la ruleta.
En esa época un matemático francés llamado Marigny de Grilleau se dedicó a anotar todas las bolas que salían en una mesa de ruleta de el casino de Monte Carlo; concurría allí diariamente y lo hizo durante 5 años, desde que la sala de juego abría sus puertas, y se retiraba luego de jugarse la última bola de la noche. Solo se dedicaba a anotar los números que salían y no apostaba nunca una ficha., su ocupación llamaba la atención hasta tal punto que uno de los empleados del casino se acercó a él y le manifestó su intriga y le dijo que le parecía admirable la paciencia con la que se dedicaba a anotar todas las bolas que se jugaban en toda la jornada.
Grilleau le dijo:
Desde hace años busco entender claramente los fenómenos que se producen en el azar y los diferentes factores que lo rigen y no hay forma de tener las estadísticas más exactas si uno mismo no toma sus propias anotaciones.
El empleado le preguntó:
¿Usted podría decir que las estadísticas que ha tomado son fehacientes?
Grilleau le respondió que en todas sus estadísticas se había notado diferentes formas que se presentaban de una manera desordenada, pero que luego con el correr de las bolas que iban saliendo notaba que existían ciertos equilibrios y desequilibrios, pero que al final siempre existía el retorno al equilibrio en todos sus estudios.
El empleado del casino le dijo irónicamente:
Mi estimado señor usted no ha tomado todas las bolas que han salido en estas mesas, hay miles de bolas más que tiran diariamente los croupiers principiantes, para practicar, cuando el casino está cerrado al público.
Grilleau vaciló por un momento y luego, pensativo, se retiró de la sala. Lo que el empleado del casino le había dicho le estaba confirmando que el equilibrio existía en el azar.
Grilleau solo tenía una parte del universo de los números arrojados por una ruleta, pero también era un universo en sí mismo, pequeño y completo.
Si tomamos 1000 bolas de una ruleta y nos dedicamos a estudiar los fenómenos que se producen en las salidas, notaremos ciertas leyes que se cumplen, lo mismo sucederá si tomamos 100.000 bolas, solo que las proporciones serán mucho mayores.
Todos los jugadores sistemístas científicos se han dedicado al estudio de las permanencias, desde allí parte cualquier sistema o método.
Quien tenga un método que no haya sido analizado con resultados positivos, en permanencias diversas y por lo menos 15000 bolas, no puede considerarse sistemista, ni mucho menos.
martes, 17 de julio de 2007
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