USA - Las Vegas - Se llama Terrence Watanabe y ya es el mayor perdedor de Las Vegas. La ludopatía de este hombre aportó en 2007 el 5,6% de la facturación en Las Vegas de Harrah's Entertainment, la empresa propietaria de Rio y Caesars Palace. La mala suerte lo acompaña.
Se llama Terrance Watanabe y es acaso el mayor perdedor de la historia de Las Vegas. En 2007, en una racha de mala suerte (de mala suerte de las de verdad) Watanabe perdió 112 (que entonces equivalían a 87 millones de euros, pero que hoy en día, con el dólar bajo, 'sólo' son 75 millones). En total, Watanabe ha perdido en los casinos Caesars Palace y Rio 127 millones de dólares (99 millones de euros de hace dos años; 85 millones de hoy).
La ludopatía de Watanabe aportó en 2007 el 5,6% de la facturación en Las Vegas de Harrah's Entertainment, la empresa propietaria de Rio y Caesars Palace. Para mayor escarnio, Harrah's es propiedad de tres fondos de capital-riesgo: Blackstone, TPG (que hace dos años trató sin éxito de comprar Iberia) y Apollo.
Un fondo de capital-riesgo suele comprar empresas poniendo como garantía de los créditos los activos de las compañías que está adquiriendo. Es como cuando uno contrata una hipoteca: el piso es el aval del crédito. Sólo que aquí es por miles de millones. En la cultura popular, los fondos de capital-riesgo son, junto con los hedge-funds, los máximos exponentes de los tiburones de Wall Street, y sus directivos no le suelen caer bien a nadie. Dos de los 'malos' más 'malos' de la Historia de Hollywood —Gordon Gekko/Michael Douglas en 'Wall Street', y Edward Lewis/Richard Gere en 'Pretty WomaAsí que el despilfarro de Watanabe en los casinos ha venido muy bien a los 'private equity' que controlan Harrah's. De hecho, en las oficinas de esa empresa habían colgado en 2007 una foto de Watanabe. No consta si debajo de ella habían escrito: 'Nuestro benefactor'.
Al que no le ha salido tan bien la cosa es al propio interesado. Watanabe se ha fundido la mayor parte de su fortuna personal, que había logrado tras una vida de trabajo en el negocio familiar, Oriental Trading Company, una empresa especializada en la importación de artículos para fiestas (como confeti, serpentinas o coches de juguete) y que vendió en 2000.
Pero las pérdidas de Watanabe son sólo una parte de la historia. Ahora, este hijo de un inmigrante japonés que tiene 52 años y vive en la ciudad de Omaha, en Nebraska, puede ir a la cárcel. O puede arrastrar a Harrah's con él. Una de dos. Porque se niega a pagar 14,7 millones de dólares (9,9 millones de euros) que Harrah's le concedió a crédito en 20007. El casino le ha denunciado. Y el empresario se expone a 28 años de cárcel.
¿Por qué, después de haber perdido 75,1 millones, Watanabe no quiere desembolsar 9,9 millones? Porque, afirma, el casino le hizo falsas promesas de que le devolvería parte de sus pérdidas, y le suministró, en los peores momentos de su ludopatía, alcohol y calmantes que, combinados, forman un cóctel explosivo, ya que producen euforia en quien los ingiere. Watanabe afirma que los empleados de Harrah's llegaron a ponerle fármacos en su habitación como si fueran bombones de obsequio.
Harrah's lo niega pero, según 'The Wall Street Journal', "varios empleados, así como personas que trabajaron en Harrah's, dicen que sus supervisores les dijeron que permitieran a Watanabe seguir jugando incluso cuando estaba visiblemente ebrio, a pesar de que la normativa del casino y la legislación del Estado estipulan que una persona que está claramente borracha no debe ser autorizada a realizar apuestas". En 2007, Steve Wynn, el máximo responsable del casino Wynn, también en Las Vegas, ya había prohibido la entrada a Watanabe al considerarlo un adicto al juego y un alcohólico.
El caso de Watanabe puede parecer, a primera vista, gracioso. Pero no lo es. Es un caso de adicción al juego. Watanabe, un adicto al trabajo, se encontró sin nada que hacer cuando vendió Oriental Trading Company. La solución fue el alcohol, los calmantes y el juego. Precisamente, el juego está ganando adeptos entre la comunidad asiático-estadounidense.
Aunque no deja de ser un sarcasmo que Watanabe sea de Omaha, precisamente la misma ciudad en la que vive Warren Buffett, la persona más rica del mundo, que sigue viviendo como si fuera un hombre de clase media y cuyo mayor pasatiempo es jugar al 'bridge' con su amigo Bill Gates, al que va a donar toda su fortuna cuando se muera.n'— se dedican al capital riesgo o, como se le llama en EEUU, 'private equity'.
El Mundo
miércoles, 9 de diciembre de 2009
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