Islas Baleares - En unas semanas se aprobará el decreto para instaurar la PMU francesa.
Los caballistas llevan dos años sin ver un euro público y de momento tienen pocas expectativas de conseguir las subvenciones que les viene prometiendo el Govern desde el año 1999, cuando empezó a hablarse de la Lototrot. Hace unos meses el Govern suspendió el juego hípico de forma temporal y ahora se dispone a dar la estocada final a esta fuente de financiación en la que el sector había depositado tantas esperanzas. La Conselleria de Interior está ultimando un decreto para la instauración en Baleares del juego de apuestas hípicas francés denominado PMU que será presentado como el sustituto de la Lototrot. Al mismo tiempo el Govern ha iniciado la redacción de la Ley del Juego que abre las puertas a la creación de una lotería autonómica similar a las que ya tienen Cataluña o a la recién inaugurada en la Comunidad de Madrid.
María Ángeles Leciñena, consellera de Interior, ha explicado a este medio que el Govern «es consciente de la importancia que tiene en Baleares el sector del trote y el de la cría caballar en general y que por esto está preparando el decreto para la implantación de la PMU». Según el Govern, la Lototrot se suprimió por falta de rentabilidad y Leciñena sostiene que la PMU generará muchos más ingresos. Añade la consellera que este juego hípico está funcinado muy bien en Francia y en el País Vasco. Los caballistas, sin embargo, no se fían y siguen exigiendo el retorno de la Lototrot, según plabras de Antoni Carreras, presidente de la Asociación de Criadores.
El decreto del PMU es el primer paso de un proyecto más ambicioso de la Conselleria de Interior como es el dotar a las Islas de una lotería autonómica que conviviría con el juego hípico francés.
El primer paso será aprobar la Ley Autonómica del Juego. Baleares es la única comunidad que no dispone de esta herramienta legal y hasta la fecha todas las autorizaciones y decisiones relacionadas con el sector del juego se hacen vía decreto. Así nació y murió la Lototrot. María Ángeles Leciñena afirma que la elaboración de esta ley es un proceso más lento y que no podrá llevarse al Parlament durante el presente año pero sí durante esta legislatura. Añade que debe ser una ley «muy participativa y muy consensuada».
Esta Ley del Juego es imprescindible para crear la lotería autonómica y a la pregunta de si el objetivo final de la ley es implantar esta lotería, Leciñena responde que «es algo que no se descarta» y que «dependerá del momento y de los acuerdos que puedan conseguirse». Otras fuentes del Govern aseguran que la creación de la lotería autonómica es un proyecto inmediato del Ejecutivo de Antich.
Durante el primer Pacte, el Ejecutivo que también presidía Antich ya intentó crear la lotería autonómica. Era el año 2002 y Antich hizo todo lo posible para frenar la Lototrot que ya propugnaba la UM de Munar. Antich consiguió entonces parar la quiniela hípica haciendo valer para ello un informe de la ONCE que advertía de que este juego fomentaría la ludopatía. El informe fue realizado por la dirección de la ONCE en Madrid y en el mismo se sostenía que la Conselleria de Hacienda dejaría de ingresar 3,6 millones de euros cada año con la Lototrot.
También se afirmaba que la Lototrot tendría unas repercusiones muy negativas en la venta del cupón de la ONCE y que con ello «se ponían en riesgo mil puestos de trabajo» y que la calidad de vida de las personas ciegas de Baleares «se vería muy perjudicada». Este medio ya informó en aquella época que el propio José Luis Rodríguez Zapatero –ya era secretario general del PSOE– aconsejó a Antich que no siguiera adelante con la tramitación del juego autonómico para no perjudicar los resultados del cupón de la ONCE en Baleares. UM acusó entonces a la ONCE de boicotear la Lototrot para no perder el monopolio del juego. Según UM, la Organización Nacional de Ciegos tenía intención de controlar la lotería autonómica. Así lo manifestó Antoni Pascual en su calidad de representante del Consell en el Consorci Hípic.
Contra la Lototrot presionaron también las distintas empresas que explotan en Baleares las máquinas tragaperras y entre todos se consiguió que el Govern declarara desierto el concurso del juego hípico. En 2005 Matas y Munar retomaron el tema y adjudicaron la Lototrot a Cirsa Interactive Troyjocs pero no permitieron la instalación de terminales en los bares y cafeterías.
Cuando se puso en marcha la Lototrot, el Govern y el Cosnell presentaron un estudio en el que se estimaba que la recaudación anual de las terminales sería de unos 93 millones de euros. De este total el 70% debía destinarse a premios y sobre el 30% restante la Conselleria de Hacienda aplicaba una tasa del 18%. Con estas expectativas el Govern debía ingresar 8 millones al año de la Lototrot de los que tres serían para la Conselleria de Hacienda y 5 para invertir en el sector del trote. De haberse permitido la instalación de máquinas en bares y restaurantes las ganancias para los caballistas hubieran ascendido a 8 millones de euros al año, según el mismo informe.
Sin embargo, la Lototrot no acabó de arrancar y la prohibición de instalar terminales en bares y restaurantes dio al traste con todas las expectativas de ingresos y de los 93 millones de recaudación previstos en el año en 2007 sólo se consiguieron 6. La cifra bajó a dos en 2008 cuando se suspendió este juego. Los caballiastas sólo han visto en total 240.000 euros.
Fuente: elmundo
domingo, 8 de febrero de 2009
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