viernes, 20 de febrero de 2009

Funcionarios chinos juegan, pero se les acaba la suerte.

China - Macao - Cuando era alcalde de una ciudad pequeña en las provincias chinas, Li Weimin empezó, en forma bastante inocente, a jugar en las máquinas tragamonedas en el cercano Macao, juegos con nombres como Cinco dragones, Cocina china y Gato súper feliz de la fortuna.
Sin embargo, pronto comenzó a probar su mano con otros juegos, y por apuestas más altas, y a financiar sus viajes cada vez más frecuentes a los casinos metiendo mano en el presupuesto municipal y en varias firmas inmobiliarias bajo su control.
"Me fue fácil prestarme o desviar dinero de esos lugares", dijo Li, de 43 años, durante su juicio, según el periódico paraestatal China Daily. Al final, perdió 12 millones de dólares y fue sentenciado a 20 años de cárcel.
Li es uno de un número creciente de jefes y funcionarios gubernamentales del Partido Comunista que, dicen fiscales del Gobierno, saqueó fondos estatales, cuentas corporativas y arcas municipales para probar suerte en Macao, ubicada justo al otro lado de la frontera de la provincia de Guandong.
Se ha enviado a muchos de los grandes perdedores a prisión, y se ejecutó a por lo menos 15.
Algunos se han suicidado. Los escándalos se han convertido en una fuente de profunda verg¼enza para el Gobierno chino, que ahora ha comenzado a ejercer medidas enérgicas relativas a las visas de viaje para Macao.
Mientras que los juegos siguen siendo ilegales en la China continental, son oxígeno puro para Macao, territorio que Portugal devolvió a China en diciembre de 1999. La pequeña franja territorial, que ha disfrutado de un auge en los juegos, el turismo y la construcción desde 2004, depende de los juegos de azar para 75 por ciento de su base tributaria.
Ahora el mayor mercado de juegos de azar del mundo, Macao tiene ingresos anuales por ese concepto más altos que la Franja de Las Vegas y la Ciudad de Atlanta juntas. Entre sus 31 casinos, está el más grande del mundo, el Veneciano de Macao.
Ahora está amenazada gran parte de esa prosperidad, dicen los expertos, no sólo por la crisis económica mundial, sino también por las medidas enérgicas contra los juegos de azar del Gobierno en Pekín. El tema es tan delicado en China que el Gobierno y líderes partidistas rechazaron más de una docena de solicitudes de entrevistas en el último mes.
Se acusó de desfalco a un funcionario de Chongqing, al jefe del departamento local de propaganda del Partido Comunista, por un total de 24 millones de dólares. Junto con un compañero de trabajo, perdió al menos la mitad del dinero en el Casino Lisboa de Macao, según Xinhua, la agencia de noticias oficial de China.
Los funcionarios chinos que juegan pierden la mayor parte en el bacarat, el veintiuno y un juego de dados llamado Pescado, Langostino y Cangrejo. Y aun cuando muchos de ellos son neófitos, es frecuente que apuesten miles de dólares en una sola mano.
Un estudio de 2008 sobre 99 despilfarradores de la China continental mostró que 59 tenían algún tipo de afiliación estatal: 33 eran funcionarios gubernamentales, 19, gerentes generales de empresas paraestatales, y siete, cajeros de negocios estatales. Típicamente, eran hombres entre 30 y 49 años, y vivían en zonas continentales cercanas a Macao.
Los funcionarios gubernamentales reportaron haber perdido un promedio de 2.7 millones de dólares cada uno, según el estudio, realizado por Zeng Zhonglu, un catedrático del Instituto Politécnico de Macao. Los gerentes estatales perdieron 1.9 millones de dólares cada uno, en promedio, y los cajeros, 500,000 dólares. La mayoría dijo que sus carreras de jugadores duraron menos de cuatro años antes de que los descubrieran.
Sus pérdidas a las mesas de juego quebraron a por lo menos 10 compañías. Un editorial del Periódico de la Juventud de Pekín dice que el hecho de que los funcionarios públicos jueguen "amenaza la seguridad de la hacienda nacional", aunque no se sabe con claridad cuánto dinero público se ha perdido.
"Dudo que incluso el Gobierno chino sepa", comentó Desmond Lam, un experto en Macao y los juegos de azar chinos, actualmente investigador sénior de la Universidad del Sur de Australia.
"Con todo, es probable que la cifra sea considerable, al menos de cientos de millones de dólares asta ahora".
"Y, si se incluye el dinero no detectado, debe ser más alta".
China había tratado repetidamente de que los funcionarios públicos no jugaran, pero nunca había tenido gran éxito hasta que se le ocurrió la idea de limitar las visas. Las nuevas regulaciones al respecto, que entraron en vigor el verano pasado, limitan a los funcionarios continentales a un solo viaje cada tres meses y por no más de siete días, y han resultado muy efectivas, dicen los analistas del juego y los académicos.
"Ha sido un problema muy pero muy grave, pero ahora está mejor", dijo Zeng, el autor del estudio sobre los potentados. "El Gobierno continental tiene controles estrictos sobre los funcionarios que llegan a Macao".
Sin embargo, en el camino, las restricciones han ayudado a convertir el auge de Macao en algo parecido a una bancarrota, una conexión que se subrayó el lunes, cuando las acciones de los casinos cayeron una quinta parte después de que Pekín anunció que mantendría los controles de visas. Los precios de las acciones de las compañías se desplomaron más de 80 por ciento en promedio respecto de sus puntos máximos hace un año.
Los jefes de casinos, operadores de visitas guiadas, propietarios de tiendas, restauranteros y hoteleros dicen que sienten el dolor de lo que Samuel Yeung, el gerente del emblemático Hotel Lisboa, denomina "el control más severo de la China continental".
Los ingresos por los juegos se están hundiendo y las tiendas lujosas están vacías. Altas torres hoteleras y de departamentos están a medio terminar. Se ha despedido a miles de trabajadores de la construcción y de los casinos. El mes pasado en el Veneciano, se despidió abruptamente a la mitad de los gondoleros cantores de su "Gran Canal" interior.
"El Gobierno está diciendo que Macao va demasiado rápido y que necesitamos calmarlo", dijo Davis Fong, un catedrático de negocios y director del Instituto para el Estudio del Juego Comercial en la Universidad de Macao. Mencionó el congelamiento de proyectos nuevos y regulaciones más estrictas para los casinos del territorio.
Es como si se estuviera acabando el oro en el Klondike.
"No es tanto que la crisis mundial esté teniendo un efecto en Macao; son las restricciones en las visas lo que está teniendo mayor impacto", dijo Anil Daswani, un analista de Hong Kong que hace el seguimiento de la actividad económica de los juegos de azar para Citigroup. "Es evidente que estaba entrando demasiado capital a Macao, y el continente está tratando de enfriar la economía. Pero es indudable que es preocupante. Han bajado considerablemente los volúmenes".
Fuente: notocias.prodigy.com

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