Argentina - Victoria, la ciudad de las siete colinas, según el poeta victoriense Gaspar Benavento (1902-1963), es una localidad que creció bajo el impulso del enlace vial que la conecta con Rosario, pero que guarda el perfume pueblerino en las callecitas adoquinadas y en las maravillosas vistas que ofrecen los puntos más elevados del paisaje.
Victoria está ubicada a 110 kilómetros de Paraná, por la ruta 11. Las lomadas y curvas preludian lo que vendrá, mientras se recorre el camino que, bordeado de campos con trigo y soja y vacas que pastan en verdes llanuras, anticipan el río color de león, que abraza las islas que conforman el delta del río Paraná.
Por el suelo sinuoso se la conoce como "La ciudad de las 7 colinas", frase que acuñó un poeta local, Gaspar Benavento (1902-1963). Si bien las referencias a la naturaleza trasuntan toda la obra del escritor, el libro "Ciudad de Vera de las siete colinas" (1934) está inspirado en las maravillosas vistas que ofrecen los puntos más elevados del paisaje.
Uno de ellos es el emblemático Cerro de La Matanza, último bastión de los indios minuanes. Este mirador natural permite asomarse al Monte de los Ombúes que surge a sus pies (uno de los dos que existen en el mundo) y que se extiende hasta el dominio amarillo de las retamas, cuyo tono intenso opaca el de la arena, que se torna gris hasta fundirse con el río.
La exuberancia del delta se anuncia en las arboledas que se multiplican en el sinuoso recorrido por la avenida Costanera que, tras los pliegues del camino, deja ver los botes repletos de pescados que llegan al viejo puerto. Esos botes son conducidos por pescadores que reparten su vida entre un rancho que, por lo general, tienen a la vera del río, y las islas. Más allá del Boulevard Rivadavia, se vislumbran los trazos coloniales de la ciudad.
Pero Victoria ofrece mucho más: safaris de aventura, que incluyen la navegación por los pantanos, caminatas por las silenciosas islas y la pesca deportiva permitan conocer, al menos en parte, ese mundo gigante.
Una nueva ciudad
La apertura de un hotel 5 estrellas y de exclusivos bares y restaurantes, dan cuenta de los nuevos aires que respira Victoria desde la inauguración, en 2003, del puente que la une con Rosario. Hay otros proyectos en marcha, como un complejo de aguas termales.
A cada paso, la historia de la "Capital provincial del Carnaval" se revela en los antiguos frentes de las casas y en las rejas artesanales que dan cuenta del sello de la inmigración y de las modas que influenciaron el gusto de sus habitantes a lo largo del siglo XIX y comienzos del XX.
Las rejas de formas simples, con barrotes verticales cruzados por planchuelas horizontales, son denominador común en las casas de la zona del Quinto Cuartel o Barrio de las Caleras, cerca del puerto viejo, donde se instalaron los inmigrantes vascos hacia 1800.
En el Quinto Cuartel se lo veía hasta hace poco a Elías Musse, un cura sencillo y bonachón que hizo de su vida un apostolado para los pescadores. “Ahí viene el padre Elías”, se escuchaba cada vez que el sacerdote se acercaba, ya que prefería misionar entre los pescadores. Ahora, ya jubilado, vive en un rancho que construyó él mismo con ayuda de sus feligreses.
En el centro, las marquesinas de hierro fundido cubiertas de vidrio del Club Social, la antigua Aduana y la Casa de los Vascos reflejan, en cambio, el eclecticismo y la influencia del gusto francés de los años 20. Las balaustradas, las molduras y cornisas dentadas que abundan en los edificios que rodean la plaza San Martín definen la personalidad de la ciudad y conforman un compendio de arte urbano: son el legado material de oficios casi olvidados.
En el museo de la ciudad "Carlos Anadón", una máquina alemana de caramelos, cristalería biselada, azulejos ingleses, cartas de Justo José de Urquiza a sus amigos, fósiles y restos de las culturas indígenas de la zona relatan la historia "chica", inhallable en los libros, y mantienen viva la memoria de Victoria.
El ritmo apacible de la ciudad alcanza su estado más reflexivo rumbo a la colina donde se halla la Abadía del Niño Dios, un monasterio benedictino donde la rígida regla del silencio solamente es quebrantada por los cantos gregorianos que entonan los monjes en latín. Sus claustros suelen albergar a turistas que se toman algunos días para meditar. Los religiosos mantienen su propia huerta y elaboran productos que se venden en todo el país.
El más célebre es el licor Monacal, que combina 73 hierbas en una receta que el abad guarda con celo. Un halo de misterio rodea al monasterio de clausura, a partir de relatos de los lugareños sobre avistajes de ovnis. Se dice que en 1991 ingenieros de la Nasa que realizaban investigaciones sobre campos magnéticos se alojaron en el monasterio.
El puente que aceleró el crecimiento
El enlace vial entre Victoria y Rosario, con 60 kilómetros de terraplenes y 13 puentes enormes, permitió reemplazar el viaje en lancha que insumía hasta siete horas, por 40 minutos que parecen menos entre estos humedales, de los mayores de América, repletos de vida.
El casino cantó Victoria
El casino de la ciudad de Victoria, Entre Ríos, tiene 16 ruletas tradicionales y ocho electrónicas, 600 máquinas tragamonedas, juegos de paño, restaurante y una sala de usos múltiples para mil personas.
Además del casino hay un complejo hotelero en la barranca del parque de la costa, el hotel Sol Victoria, frente al río Paraná y al delta entrerriano, que cuenta con 80 habitaciones y apartamentos con terrazas.
Victoria, capital de Carnaval
La ciudad prepara para el verano “buena playa, aguas controladas y buena arena para completar” dijo a De Viajes y Sabores el intendente de la localidad, César Garcilazo, quien afirmó que otros de los atractivos es el tradicional corso.
El intendente recordó que el año pasado, la municipalidad tuvo que hacerse cargo de la organización del carnaval, ya que los concesionarios anteriores desistieron la responsabilidad. No obstante aclaró: “el pueblo decidió llevar adelante su fiesta y desde este año nos preparamos para los primeros días de febrero. Aunque será un carnaval un poco más corto, tendrá las características que tiene el corso de nuestra ciudad, que es llamativo y familiar”.
Las termas, otra alternativa
Muy pronto, Victoria contará con el complejo Termas Victoria, dotado de componentes exclusivos, ideales para complementar el marco de naturaleza que lo acompañará, coronado por la majestuosa Laguna del Pescado. Será un espacio de relajación, para toda la familia, donde grandes y chicos encontrarán atractivos únicos.
Termas de Victoria proveerá servicios exclusivos de la mano de especialistas, y además el visitante disfrutará de piscinas, hidromasajes, tratamientos corporales y mucho más.
Prestadores de servicios
Lodge Los Laureles
25 hectáreas de bosques y montes naturales; circuito de supervivencia; granja interactiva; piscina con hidromasaje; circuito de mountain bike; paseos en sulky; canchas de fútbol y volley; comidas caseras; espectáculos típicos, y la atención personalizada de coordinadores especializados.
Ruta 26, Km. Teléfono: (03436) 426366 / 15456069
El Molino Resort & Spa
Naturaleza y recreación; spa & relax; eventos festivos, educativos y empresariales; diversas actividades deportivas; piscina y acqua bar; fácil acceso a otros atractivos turísticos; gastronomías; alojamiento.
Ruta 11, a 3 kilómetros de Victoria. Teléfono: (03436) 421200
Correo: molino@arnet.com.ar
Parque Gaucho
Paseos a caballo; paseos en Sulky o carro ruso; pesca de arroyo; navegación de arroyo; espectáculos folclóricos, musicales y teatrales; avistamiento de aves; comidas típicas; visita a los edificios típicos de la época.
Ruta 11, kilómetro 112,5. Teléfono: (03436) 421200 / 425836
Mayor información: dirección de Turismo de Victoria - Entre Ríos.
Sarmiento y 25 de Mayo
Fuente: aimdigital
domingo, 17 de agosto de 2008
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