viernes, 15 de agosto de 2008

Subcomisión de juegos y sorteos

México - Finalmente los legisladores federales entendieron la necesidad de adecuar el marco jurídico que rige a los establecimientos de juegos y apuestas.
Durante mucho tiempo este opinador y ha criticado la gestión de las autoridades de la Dirección General Adjunta de Juegos y Sorteos por la discrecionalidad con la que han operado en lo que va del sexenio, sobre todo porque esa circunstancia ha propiciado la proliferación de locales en donde las apuestas se realizan sin los permisos correspondientes, que además solamente la autoridad federal puede expedirlos, pero que ante los vacíos legales los propios municipios han participado de la expedición de usos de suelo, y con la complicidad de algunos magistrados los presuntos empresarios han logrado amparos para funcionar al margen de la ley, sin control y sin el pago del impuesto correspondiente.
El martes pasado entrevisté en el “Noticiero Al Instante, Segunda Emisión”, de Radio Capital, al Coordinador de la Subcomisión de Juegos y Sorteos, Diputado Armando García Méndez, quien dejó en claro el compromiso de los integrantes de contribuir a la emisión de los instrumentos necesarios para la regulación de esa actividad y que se convierta en un elemento útil para la estructuración del gasto público, además de aliciente turístico tal como sucede en las ciudades modernas. La derrama económica que hasta ahora ha sido negocio de quienes regulan a los establecimientos de los juegos y los sorteos, tendrá ahora que incluirse por ley en el gasto social.
Para entender la dimensión de lo que está en juego, habremos de decir que solamente el 34.23 por ciento del juego en México es legal o está regulado, por lo que podemos deducir las enormes ganancias que obtienen quienes operan desde la ilegalidad, sobre todo aquellos grupos encargados de “lavar” el dinero proveniente del narcotráfico. Insisto, aquellos que se han encargado de relajar la disciplina en este importante rubro económico lo han hecho porque obtienen beneficios de ello. En esta columna he relatado casos específicos, y con una ligereza que raya en el cinismo las autoridades responsables solamente se han contentado con cambiar de lugar a los funcionarios implicados en esta red de corrupción.
Las palabras del ex secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda son contundentes: “nos quedamos en la peor parte de los dos mundos: ni se corrigió el mal del juego ilegal y hubo un costo político por haber entregado los permisos”. Lo que no dice el ahora Senador Creel es que algunos beneficiarios de dicha entrega de permisos son parientes cercanos suyos. Pero también habrá que decir que con la promulgación del Reglamento de la Ley Federal de Juegos y Sorteos, hecha a modo para la toma de decisiones de forma discrecional, se propició la acumulación de licencias en muy pocas manos. El caso Televisa es evidente. Aquel apartado en el que se decía que se promovería la competencia con la asignación de nuevos permisos, terminó en procesos de adjudicación poco transparentes, y el único beneficiario fue el propio Creel con aquellos anuncios para fortalecer su campaña para la obtención de la candidatura presidencial blanquiazul. El desenlace ya lo conocemos.
Por otra parte, la Industria del Juego en México ni siquiera llega al 1% del Producto Interno Bruto, es más, podemos decir que esta industria se encuentra lejos de poder llegar a esa cifra sino se complementa con otras Industrias, tales como el Internet, las Telecomunicaciones en todas sus modalidades y el Turismo como motor de un desarrollo sustentable. En contraparte, las oportunidades de negocio en México son de las más prometedoras a nivel mundial, ya que de existir una adecuada Regulación en correlación con la ejecución de Políticas Públicas sobre la materia, la industria del juego y las apuestas podría incrementar sus ganancias en un 130% en los siguientes 3 años posteriores a la aprobación en el Congreso de una nueva regulación, y todo esto sin considerar los efectos económicos en cascada.
Por eso es importante la decisión de los integrantes de la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados al integrar la Subcomisión de Juegos y Sorteos, pero más importante será que ese grupo de diez diputados encabezados por Armando García Méndez analice experiencias exitosas como Montecarlo, Macao y Dubai. Para no ir más lejos, Las vegas y Atlanta son ejemplos claros de los beneficios que se pueden obtener de esta industria. En Estados Unidos las reservas indias pasaron de ser lugares tétricos a ciudades florecientes, y en aquellos lugares de consumo excesivo de alcohol ahora existen universidades que aseguran el futuro de los pueblos originarios. ¿Porqué no les otorgamos esa justicia que se les ha negado durante quinientos años a nuestras étnias, asociándolos con empresarios capitalistas para que desarrollen su propia industria.
Me parece que ese es uno de los caminos para darles la oportunidad de salir de esa marginación que los ha acompañado durante siglos. Al tiempo.
Fuente: Vladimir Galeana - Rumbo México

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