jueves, 17 de septiembre de 2009

Quejas por salas de juego en la ciudad

Argentina - Santiago del Estero - Padres reclaman que las “maquinitas” invaden la ciudad y se hallan muy próximas a escuelas y colegios. Inducción a la adicción.
En los últimos días se recibieron varias cartas en la redacción de Nuevo Diario, de padres que expresan su preocupación por la adicción al juego de sus hijos, sobre todo “por concurrir a las maquinitas, donde pasan la mayor parte del día y de la noche, sin que podamos tener control sobre ellos y con todas las consecuencias negativas del caso”, señalaron.
Son muchas las voces que se alzan para cuestionar la proliferación de locales de juego con máquinas tragamonedas, tanto en Santiago Capital como en el interior de la provincia. No sólo padres de menores de edad que son víctimas de una adicción por “las maquinitas” pusieron de manifiesto “las penosas consecuencias” que sufren estos adolescentes y sus familias, sino también los progenitores de alumnos que asisten a establecimientos escolares, donde prácticamente a la par funcionan casas de juego.
Casa del vicio
En este sentido, sostuvieron que “esto representa un hecho reñido con la sana educación y formación que pretendemos darles a nuestros hijos y más si asisten a un establecimiento educativo religioso (refiriéndose al colegio San José), donde se les inculcan principios morales y éticos y al salir del colegio -o entrar- se encuentran todos los días con una casa del vicio a la par”, cuestionaron.
Sobre esta particular vecindad de colegio-casa de juegos, uno de estos padres consideró que “deberían existir disposiciones que prohíban que un local de este tipo esté pegado a una escuela, o a una iglesia, como alguna vez hubo un local de máquinas al lado de la Catedral Basílica, algo que siempre fue criticado durante su existencia y hasta salió publicado en un medio periodístico de la Capital Federal”, señaló.
Serio riesgo
“Una casa de juegos cercana a un colegio representa un contrasentido con los valores que se deben enseñar a los adolescentes y un serio riesgo para despertar conductas adictivas en los adolescentes”, dijo Juan Carlos Martínez Maldonado, padre de un alumno del Polimodal, quien agregó: “Si un niño o adolescente es atrapado por el fragor de las maquinitas tragamonedas, la dependencia a éstas puede llegar a ser como la necesidad que tiene un adicto para consumir drogas, con las nefastas secuelas que eso acarrea para él y para la familia que sufre con impotencia, cuando prácticamente nada se puede hacer contra el vicio”, sostuvo.
Finalmente, todos los padres coincidieron en señalar que “lo ideal sería que desde el Estado nacional y los estados provinciales impulsen seriamente campañas contra el juego, advirtiendo los daños y las consecuencias nefastas que puede ocasionar”.
Fuente: Nuevo Diario

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