domingo, 12 de octubre de 2008

La tenue seguridad del juego en línea

Canadá - Ex empleados usan software de poker para estafar al público por más de US$75 millones.
Es que era un desastre que iba a suceder. La estafa en portales del juego en línea. Entonces no nos sorprende que supuestos ex empleados de la empresa propietaria del sitio Ultimate Bet, un casino virtual, hayan quebrado códigos de seguridad de sus juegos para estafar al público por más de US$75 millones, con la trampa que en las carreras de caballos se llama ‘past posting’, o apostando al caballo que ha ganado la carrera.
Los estafadores habían logrado penetrar los códigos de seguridad del software de los juegos de poker en línea y apostaban sumas inverosímiles conociendo las manos de los otros jugadores. Los ingredientes de la estafa y los participantes en esta son el tope del témpano en un sector que por más que se pretenda manejarse dentro de parámetros éticos, se encuentra en riesgo de manejos criminales en muchos casos.
¿Y los empresarios? Pues si un negocio de casino virtual falla, se van al otro paraíso fiscal y abren otro con la misma lista de clientes que tienen. Uno se imagina las demandas millonarias que van a recaer sobre Ultimate Bet, pero si no existe ente regulador que lo supervise o controle, pues se esfuma en el aire y muda sus chivas virtuales a otro ambiente, que bien puede estar ubicado en la oficina del lado, porque después de todo el aire es libre.
La experiencia que tenemos de los operadores del juego en línea es suficiente para tener confianza en aquellos que se ubican en jurisdicciones que las regulan de igual forma que a los casinos tradicionales. No es cuestión de mudarse a paraísos fiscales porque se pagan menos o ningún impuesto, sino que en la gran mayoría de estos, las autoridades no tienen las herramientas o el conocimiento para supervisar a las empresas de los casinos virtuales, o tradicionales, claro está.
Es muy fácil operar un casino virtual, ya sea adquiriendo uno diseñado a la medida o comprando servicios de operación que deparen porcentajes de utilidades brutas que oscilan entre los 50 y 90%. Como es tan fácil, cualquiera lo puede hacer y al no tener el conocimiento operativo de un casino, son susceptibles a manejos desleales. Es que la operación de casinos no es como una tienda de ropas, restaurante o peluquería. Es mucho más complejo sobre todo en lo que respecta a la ética y responsabilidad social.
La seguridad prestada al público por los casinos virtuales es tan fuerte como el más débil de sus procedimientos y la calidad de su software, y si estos pueden ser vulnerados, no solamente sufre el público, sino la industria del juego en general. Es que la percepción del público, autoridades y críticos de la industria del juego, cuando sucede una estafa como la de Ultimate Bet, no se detiene en esta sino que afecta a todo el sector, y ese precioso patrimonio de los operadores que es la confianza, sufre y se daña irremediablemente.
Fuente: casinocompendium

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