

Herrero de profesión y empleado en una empresa de Teixugueiras, en Cartelle, Darío es fiel a su cita semanal con los juegos de azar. "No es que juegue mucho dinero, pero desde hace años cada semana hago mi apuesta a la Quiniela, la Bonoloto y la Primitiva en el bar Rachelo, en Outomuro", explica.
En la noche del domingo Darío disfrutó en compañía de un amigo del partido en la televisión del bar y luego comprobó los resultados de la Quiniela en la misma cafetería de su pueblo. "Sin embargo algo hice mal, porque pensé que tenía sólo trece aciertos y me fui para casa tan tranquilo", señala.
Ayer lunes madrugó para, en compañía de su jefe y de otros empleados de la empresa para la que trabaja, viajar a Vigo, donde están realizando la entreplanta de un edificio. "Fueron los amigos los que me llamaron a Vigo para decirme que había una quiniela sellada en Outomuro, en el bar donde yo la sello cada semana, y que era uno de los tres acertantes del pleno al quince de la semana".
Comprobó los números y "no me lo podía creer. Había ganado más de 500.000 euros. Por un momento pensé que no iba a poder trabajar, pero me gusta cumplir y fui a la obra. Es posible que pida el día libre para hacerme a la idea de esta noticia".
Fuente: farodevigo
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